Carlo Ancelotti reivindica su figura después de ser señalado tras el Clásico

Con el temple que en él es habitual y sin decir una palabra más alta que la otra, Carlo Ancelotti ha conseguido superar su momento más duro como entrenador del Real Madrid. La goleada encajada en el Clásico el pasado 20 de marzo le dejó señalado y muy tocado, pero el italiano ha sido capaz de levantar al equipo y que un resultado tan duro no afectara. El resultado es que el conjunto blanco acaricia el título de Liga y tiene ya pie y medio en las semifinales de la Champions League tras su exhibición el pasado miércoles en Stamford Bridge.
«No hemos perdido la cabeza después del baño contra el Barcelona», señaló Carletto tras la victoria del sábado ante el Getafe, la tercera seguida desde aquella derrota ante el conjunto blaugrana, que dejó al técnico en una situación comprometida. Apostó aquel día Ancelotti por poner a Luka Modric de falso nueve (ante la ausencia por lesión de Karim Benzema) y tras un carrusel de cambios y modificaciones tácticas que creó el desconcierto en sus jugadores (reconocido incluso por Thibaut Courtois). Fue superado con claridad por Xavi Hernández y eso le dejó en una situación muy comprometida, con el madridismo dividido sobre su continuidad para la próxima temporada (a pesar de tener la Liga casi en el bolsillo).
El parón de selecciones tras la debacle ante los azulgranas no le pudo venir mejor alReal Madrid. Los jugadores blancos limpiaron la mente y a su vuelta, Ancelotti logró reconducir la situación. La sufrida victoria ante el Celta (1-2 en el famoso partido de los tres penaltis a favor) fue un alivio para el equipo, que viajó entones a Londres para medirse al campeón de Europa.
Y en Stamford Bridge, llegó el mejor partido de los madridistas desde la llegada al banquillo de Carlo Ancelotti. En el campo del vigente rey continental, el Real Madrid ofreció una exhibición de fútbol, especialmente en la primera parte, para llevarse una victoria por 1-3 que le deja con el pase a las semifinales de la Champions muy encarrilado, a falta de certificarlo mañana en el Santiago Bernabéu.
Ante el Getafe el sábado, llegó la confirmación de la recuperación madridista, de que lo que había sucedido en el Clásico era ya agua pasada. El entrenador italiano hizo rotaciones –el descanso para Toni Kroos y Luka Modric fue lo más destacado del once– y el equipo respondió, con una convincente victoria ante el Getafe (2-0) en el que la victoria nunca pareció peligrar.
Las dos victorias ligueras han dejado muy encarrilado el título liguero, que era lo que se le exigió a Ancelotti cuando fichó por el Real Madrid en un año considerado de transición en el club ante la negativa del jeque del Paris Saint-Germain a vender a Kylian Mbappé el pasado verano. Los 12 puntos de diferencia con el segundo clasificado dan un gran margen de error al equipo blanco y dejan atrás las dudas que hubo en el Clásico.
Pero a ello hay que unir el fantástico papel del conjunto madridista en la Champions League, en la que ha demostrado que puede hacer frente –y superar– a cualquier equipo. La remontada ante el PSG fue más por espíritu y 30 minutos de trance tanto del equipo como, sobre todo, de Karim Benzema. Y ante el Chelsea, fue la gran reivindicación de Ancelotti. El Real Madrid no solo ganó en el campo del campeón europeo, sino que además fue mejor, con un fútbol incisivo y a la vez de calidad en el juego que desarboló al equipo inglés. Ahora, eso sí, toca rematar la faena tanto en los partidos ligueros que quedan, sellando el título cuanto antes, como en la eliminatoria ante el Chelsea, cerrando la clasificación para las semifinales.

Carlo Ancelotti reivindica su figura después de ser señalado tras el Clásico

Con el temple que en él es habitual y sin decir una palabra más alta que la otra, Carlo Ancelotti ha conseguido superar su momento más duro como entrenador del Real Madrid. La goleada encajada en el Clásico el pasado 20 de marzo le dejó señalado y muy tocado, pero el italiano ha sido capaz de levantar al equipo y que un resultado tan duro no afectara. El resultado es que el conjunto blanco acaricia el título de Liga y tiene ya pie y medio en las semifinales de la Champions League tras su exhibición el pasado miércoles en Stamford Bridge. "No hemos perdido la cabeza después del baño contra el Barcelona", señaló Carletto tras la victoria del sábado ante el Getafe, la tercera seguida desde aquella derrota ante el conjunto blaugrana, que dejó al técnico en una situación comprometida. Apostó aquel día Ancelotti por poner a Luka Modric de falso nueve (ante la ausencia por lesión de Karim Benzema) y tras un carrusel de cambios y modificaciones tácticas que creó el desconcierto en sus jugadores (reconocido incluso por Thibaut Courtois). Fue superado con claridad por Xavi Hernández y eso le dejó en una situación muy comprometida, con el madridismo dividido sobre su continuidad para la próxima temporada (a pesar de tener la Liga casi en el bolsillo). El parón de selecciones tras la debacle ante los azulgranas no le pudo venir mejor alReal Madrid. Los jugadores blancos limpiaron la mente y a su vuelta, Ancelotti logró reconducir la situación. La sufrida victoria ante el Celta (1-2 en el famoso partido de los tres penaltis a favor) fue un alivio para el equipo, que viajó entones a Londres para medirse al campeón de Europa. Y en Stamford Bridge, llegó el mejor partido de los madridistas desde la llegada al banquillo de Carlo Ancelotti. En el campo del vigente rey continental, el Real Madrid ofreció una exhibición de fútbol, especialmente en la primera parte, para llevarse una victoria por 1-3 que le deja con el pase a las semifinales de la Champions muy encarrilado, a falta de certificarlo mañana en el Santiago Bernabéu. Ante el Getafe el sábado, llegó la confirmación de la recuperación madridista, de que lo que había sucedido en el Clásico era ya agua pasada. El entrenador italiano hizo rotaciones –el descanso para Toni Kroos y Luka Modric fue lo más destacado del once– y el equipo respondió, con una convincente victoria ante el Getafe (2-0) en el que la victoria nunca pareció peligrar. Las dos victorias ligueras han dejado muy encarrilado el título liguero, que era lo que se le exigió a Ancelotti cuando fichó por el Real Madrid en un año considerado de transición en el club ante la negativa del jeque del Paris Saint-Germain a vender a Kylian Mbappé el pasado verano. Los 12 puntos de diferencia con el segundo clasificado dan un gran margen de error al equipo blanco y dejan atrás las dudas que hubo en el Clásico. Pero a ello hay que unir el fantástico papel del conjunto madridista en la Champions League, en la que ha demostrado que puede hacer frente –y superar– a cualquier equipo. La remontada ante el PSG fue más por espíritu y 30 minutos de trance tanto del equipo como, sobre todo, de Karim Benzema. Y ante el Chelsea, fue la gran reivindicación de Ancelotti. El Real Madrid no solo ganó en el campo del campeón europeo, sino que además fue mejor, con un fútbol incisivo y a la vez de calidad en el juego que desarboló al equipo inglés. Ahora, eso sí, toca rematar la faena tanto en los partidos ligueros que quedan, sellando el título cuanto antes, como en la eliminatoria ante el Chelsea, cerrando la clasificación para las semifinales.

Con el temple que en él es habitual y sin decir una palabra más alta que la otra, Carlo Ancelotti ha conseguido superar su momento más duro como entrenador del Real Madrid. La goleada encajada en el Clásico el pasado 20 de marzo le dejó señalado y muy tocado, pero el italiano ha sido capaz de levantar al equipo y que un resultado tan duro no afectara. El resultado es que el conjunto blanco acaricia el título de Liga y tiene ya pie y medio en las semifinales de la Champions League tras su exhibición el pasado miércoles en Stamford Bridge.

«No hemos perdido la cabeza después del baño contra el Barcelona», señaló Carletto tras la victoria del sábado ante el Getafe, la tercera seguida desde aquella derrota ante el conjunto blaugrana, que dejó al técnico en una situación comprometida. Apostó aquel día Ancelotti por poner a Luka Modric de falso nueve (ante la ausencia por lesión de Karim Benzema) y tras un carrusel de cambios y modificaciones tácticas que creó el desconcierto en sus jugadores (reconocido incluso por Thibaut Courtois). Fue superado con claridad por Xavi Hernández y eso le dejó en una situación muy comprometida, con el madridismo dividido sobre su continuidad para la próxima temporada (a pesar de tener la Liga casi en el bolsillo).

El parón de selecciones tras la debacle ante los azulgranas no le pudo venir mejor alReal Madrid. Los jugadores blancos limpiaron la mente y a su vuelta, Ancelotti logró reconducir la situación. La sufrida victoria ante el Celta (1-2 en el famoso partido de los tres penaltis a favor) fue un alivio para el equipo, que viajó entones a Londres para medirse al campeón de Europa.

Y en Stamford Bridge, llegó el mejor partido de los madridistas desde la llegada al banquillo de Carlo Ancelotti. En el campo del vigente rey continental, el Real Madrid ofreció una exhibición de fútbol, especialmente en la primera parte, para llevarse una victoria por 1-3 que le deja con el pase a las semifinales de la Champions muy encarrilado, a falta de certificarlo mañana en el Santiago Bernabéu.

Ante el Getafe el sábado, llegó la confirmación de la recuperación madridista, de que lo que había sucedido en el Clásico era ya agua pasada. El entrenador italiano hizo rotaciones –el descanso para Toni Kroos y Luka Modric fue lo más destacado del once– y el equipo respondió, con una convincente victoria ante el Getafe (2-0) en el que la victoria nunca pareció peligrar.

Las dos victorias ligueras han dejado muy encarrilado el título liguero, que era lo que se le exigió a Ancelotti cuando fichó por el Real Madrid en un año considerado de transición en el club ante la negativa del jeque del Paris Saint-Germain a vender a Kylian Mbappé el pasado verano. Los 12 puntos de diferencia con el segundo clasificado dan un gran margen de error al equipo blanco y dejan atrás las dudas que hubo en el Clásico.

Pero a ello hay que unir el fantástico papel del conjunto madridista en la Champions League, en la que ha demostrado que puede hacer frente –y superar– a cualquier equipo. La remontada ante el PSG fue más por espíritu y 30 minutos de trance tanto del equipo como, sobre todo, de Karim Benzema. Y ante el Chelsea, fue la gran reivindicación de Ancelotti. El Real Madrid no solo ganó en el campo del campeón europeo, sino que además fue mejor, con un fútbol incisivo y a la vez de calidad en el juego que desarboló al equipo inglés. Ahora, eso sí, toca rematar la faena tanto en los partidos ligueros que quedan, sellando el título cuanto antes, como en la eliminatoria ante el Chelsea, cerrando la clasificación para las semifinales.