Carlo Ancelotti, señalado tras su desastre táctico ante el Barça y con su futuro en el aire

Si una figura sale especialmente tocada del Clásico, esa es la de Carlo Ancelotti. El italiano, habitualmente conservador en sus planteamientos, eligió un mal día para innovar. Sus ajustes tácticos para tapar la ausencia de Karim Benzema fueron un desastre absoluto y descolocaron a un equipo que jamás entendió su plan. En el Real Madrid no habrá decisiones drásticas, ni a corto plazo ni probablemente durante esta temporada, pero su continuidad el año que viene está en el aire y son muchas las voces que reclaman que no sea el entrenador de una campaña clave, la 21-22.
«De la táctica tenemos que hablar internamente. No ha salido ni lo del inicio ni lo del segundo tiempo… hay que discutirlo internamente, no aquí», espetó Thibaut Courtoius tras el partido. Una frase con la que señala directamente al planteamiento del técnico. «Jugamos en Copa con falso ‘9’ y apenas tiramos a puerta y hoy fue igual», añadió. Una acusación que no hace más que reflejar el caos táctico que fue el Real Madrid ante el FC Barcelona.
Ancelotti sorprendió a todos con su elección para suplir a Benzema: Luka Modric… como falso nueve. Con la intención de igualar las fuerzas con el poderoso centro del campo azulgrana, que ya dominó al madridista en la Supercopa, el italiano colocó al croata en una posición desconocida para él. El resultado fue nefasto: el Balón de Oro de 2018 estuvo perdido en el campo y la batalla por la medular se la llevó con claridad el Barça.
Aunque el mayor de los despropósitos llegó tras el descanso. Carletto cambió a una línea de tres (Nacho, Militao, Alaba), sacó a Camavinga y Mariano y mandó a la presión alta a Casemiro y Valverde. El desbarajuste fue absoluto. En apenas dos minutos, Ferran Torres tuvo un mano a mano clarísimo y a continuación, tras un tres contra uno, llegó el tercer gol culé. Un absoluto desastre que obligó a Carletto a reorganizar de nuevo el equipo. Acabaron siendo cuatro goles en contra, pero pudieron ser muchos más.
Su batalla con Xavi fue absolutamente desigual, aunque lo peor para el italiano es la sensación de que Xavi sí que ha logrado armar un equipo con una idea clara, mientras que el Madrid vive de la inspiración individual de jugadores como Vinícius, Modric o Benzema. Y sin el galo, se derrumbó todo el equipo.
Pero más allá del Clásico, a Ancelotti se le achacan dos cosas. Por un lado, su nula confianza en la cantera, de la que no da minutos a ningún jugador. Sin Ferland Mendy –y con Marcelo ya con muchos partidos en sus botas–, prefiere apostar por usar al polivalente Nacho antes que a Miguel Gutiérrez, un prometedor canterano que lo está haciendo muy bien en el filial. Por otro lado, está su escasa fe en los jóvenes se ve también en la condición de indiscutible de la CKM. Salvo lesión o sanción, Casemiro, Toni Kroos y Luka Modric son titulares, con pocas rotaciones pese a la pujanza de Fede Valverde y la energía y calidad del joven Eduardo Camavinga.
Las crisis de Barça y Atlético le dieron al Madrid una buena ventaja en la Liga –ahora es de nueve puntos– y la remontada ante el PSG aumentó el crédito de Ancelotti. Sin embargo, la debacle ante los culés hará que se vaya a abrir el debate sobre el banquillo blanco a final de temporada. Solo una victoria en la Champions, algo que parece casi utópico, lo evitaría.

Carlo Ancelotti, señalado tras su desastre táctico ante el Barça y con su futuro en el aire

Si una figura sale especialmente tocada del Clásico, esa es la de Carlo Ancelotti. El italiano, habitualmente conservador en sus planteamientos, eligió un mal día para innovar. Sus ajustes tácticos para tapar la ausencia de Karim Benzema fueron un desastre absoluto y descolocaron a un equipo que jamás entendió su plan. En el Real Madrid no habrá decisiones drásticas, ni a corto plazo ni probablemente durante esta temporada, pero su continuidad el año que viene está en el aire y son muchas las voces que reclaman que no sea el entrenador de una campaña clave, la 21-22. "De la táctica tenemos que hablar internamente. No ha salido ni lo del inicio ni lo del segundo tiempo… hay que discutirlo internamente, no aquí", espetó Thibaut Courtoius tras el partido. Una frase con la que señala directamente al planteamiento del técnico. "Jugamos en Copa con falso ‘9’ y apenas tiramos a puerta y hoy fue igual", añadió. Una acusación que no hace más que reflejar el caos táctico que fue el Real Madrid ante el FC Barcelona. Ancelotti sorprendió a todos con su elección para suplir a Benzema: Luka Modric... como falso nueve. Con la intención de igualar las fuerzas con el poderoso centro del campo azulgrana, que ya dominó al madridista en la Supercopa, el italiano colocó al croata en una posición desconocida para él. El resultado fue nefasto: el Balón de Oro de 2018 estuvo perdido en el campo y la batalla por la medular se la llevó con claridad el Barça. Aunque el mayor de los despropósitos llegó tras el descanso. Carletto cambió a una línea de tres (Nacho, Militao, Alaba), sacó a Camavinga y Mariano y mandó a la presión alta a Casemiro y Valverde. El desbarajuste fue absoluto. En apenas dos minutos, Ferran Torres tuvo un mano a mano clarísimo y a continuación, tras un tres contra uno, llegó el tercer gol culé. Un absoluto desastre que obligó a Carletto a reorganizar de nuevo el equipo. Acabaron siendo cuatro goles en contra, pero pudieron ser muchos más. Su batalla con Xavi fue absolutamente desigual, aunque lo peor para el italiano es la sensación de que Xavi sí que ha logrado armar un equipo con una idea clara, mientras que el Madrid vive de la inspiración individual de jugadores como Vinícius, Modric o Benzema. Y sin el galo, se derrumbó todo el equipo. Pero más allá del Clásico, a Ancelotti se le achacan dos cosas. Por un lado, su nula confianza en la cantera, de la que no da minutos a ningún jugador. Sin Ferland Mendy –y con Marcelo ya con muchos partidos en sus botas–, prefiere apostar por usar al polivalente Nacho antes que a Miguel Gutiérrez, un prometedor canterano que lo está haciendo muy bien en el filial. Por otro lado, está su escasa fe en los jóvenes se ve también en la condición de indiscutible de la CKM. Salvo lesión o sanción, Casemiro, Toni Kroos y Luka Modric son titulares, con pocas rotaciones pese a la pujanza de Fede Valverde y la energía y calidad del joven Eduardo Camavinga. Las crisis de Barça y Atlético le dieron al Madrid una buena ventaja en la Liga –ahora es de nueve puntos– y la remontada ante el PSG aumentó el crédito de Ancelotti. Sin embargo, la debacle ante los culés hará que se vaya a abrir el debate sobre el banquillo blanco a final de temporada. Solo una victoria en la Champions, algo que parece casi utópico, lo evitaría.

Si una figura sale especialmente tocada del Clásico, esa es la de Carlo Ancelotti. El italiano, habitualmente conservador en sus planteamientos, eligió un mal día para innovar. Sus ajustes tácticos para tapar la ausencia de Karim Benzema fueron un desastre absoluto y descolocaron a un equipo que jamás entendió su plan. En el Real Madrid no habrá decisiones drásticas, ni a corto plazo ni probablemente durante esta temporada, pero su continuidad el año que viene está en el aire y son muchas las voces que reclaman que no sea el entrenador de una campaña clave, la 21-22.

«De la táctica tenemos que hablar internamente. No ha salido ni lo del inicio ni lo del segundo tiempo… hay que discutirlo internamente, no aquí», espetó Thibaut Courtoius tras el partido. Una frase con la que señala directamente al planteamiento del técnico. «Jugamos en Copa con falso ‘9’ y apenas tiramos a puerta y hoy fue igual», añadió. Una acusación que no hace más que reflejar el caos táctico que fue el Real Madrid ante el FC Barcelona.

Ancelotti sorprendió a todos con su elección para suplir a Benzema: Luka Modric… como falso nueve. Con la intención de igualar las fuerzas con el poderoso centro del campo azulgrana, que ya dominó al madridista en la Supercopa, el italiano colocó al croata en una posición desconocida para él. El resultado fue nefasto: el Balón de Oro de 2018 estuvo perdido en el campo y la batalla por la medular se la llevó con claridad el Barça.

Aunque el mayor de los despropósitos llegó tras el descanso. Carletto cambió a una línea de tres (Nacho, Militao, Alaba), sacó a Camavinga y Mariano y mandó a la presión alta a Casemiro y Valverde. El desbarajuste fue absoluto. En apenas dos minutos, Ferran Torres tuvo un mano a mano clarísimo y a continuación, tras un tres contra uno, llegó el tercer gol culé. Un absoluto desastre que obligó a Carletto a reorganizar de nuevo el equipo. Acabaron siendo cuatro goles en contra, pero pudieron ser muchos más.

Su batalla con Xavi fue absolutamente desigual, aunque lo peor para el italiano es la sensación de que Xavi sí que ha logrado armar un equipo con una idea clara, mientras que el Madrid vive de la inspiración individual de jugadores como Vinícius, Modric o Benzema. Y sin el galo, se derrumbó todo el equipo.

Pero más allá del Clásico, a Ancelotti se le achacan dos cosas. Por un lado, su nula confianza en la cantera, de la que no da minutos a ningún jugador. Sin Ferland Mendy –y con Marcelo ya con muchos partidos en sus botas–, prefiere apostar por usar al polivalente Nacho antes que a Miguel Gutiérrez, un prometedor canterano que lo está haciendo muy bien en el filial. Por otro lado, está su escasa fe en los jóvenes se ve también en la condición de indiscutible de la CKM. Salvo lesión o sanción, Casemiro, Toni Kroos y Luka Modric son titulares, con pocas rotaciones pese a la pujanza de Fede Valverde y la energía y calidad del joven Eduardo Camavinga.

Las crisis de Barça y Atlético le dieron al Madrid una buena ventaja en la Liga –ahora es de nueve puntos– y la remontada ante el PSG aumentó el crédito de Ancelotti. Sin embargo, la debacle ante los culés hará que se vaya a abrir el debate sobre el banquillo blanco a final de temporada. Solo una victoria en la Champions, algo que parece casi utópico, lo evitaría.