El Mundial de Qatar queda inaugurado con peticiones de respeto a la cultura árabe y guiños a España: Naranjito, «yo soy español»…
La ceremonia de inauguración del Mundial de Qatar fue una reivindicación de la cultura árabe, con constantes llamamientos al respeto y la tolerancia hacia las tradiciones del país que es anfitrión del Campeonato del Mundo más controvertido de la historia.
El estadio Al Bayt de Al Khor, una de las joyas arquitectónicas erigidas para albergar la competición y escenario del primer partido entre Qatar y Ecuador, acogió un acto en el que se mezcló la tradición del país anfitrión y la modernidad, con el actor Morgan Freeman como personalidad más destacada y parte fundamental del discurso reivindicando el respeto y el valor del fútbol como elemento integrador.
Bajo la presidencia del emir Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani, muy aclamado por el público, el primer Mundial de la historia en Oriente Medio exhibió una ceremonia rápida, de media hora, por momentos muy sentida, en la que se mostraron las raíces del país, su vinculación al desierto, y se quiso mandar un mensaje de respeto, tolerancia y modernidad.
«Al mundo entero le digo, bienvenidos a Doha. Hemos trabajado duro con mucha gente para que esta competición sea un éxito. Hemos invertido para trabajar por el bien de la humanidad. Las gentes se unen, sin importar su etnia, su religión, su orientación y su nacionalidad aquí en Qatar y tras las pantallas de todos los continentes del mundo», indicó en su breve discurso el emir, del que se emitió un vídeo de cuando era un niño jugando al fútbol en el desierto qatarí.
Asistieron, a parte de los máximos dirigentes del fútbol mundial que encabeza el suizo Gianni Infantino, personalidades como los presidentes de Turquía, Refecep Tayyip Erdogan, Egipto, Abdel Fattah al-Sissi, de la autoridad nacional Palestina, Mahmud Abás, el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, y la vicepresidentea ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez.
El actor Morgan Freeman, que ya tuvo un papel importante en el inicio, aseguró que «el fútbol da la vuelta al mundo y el que une a las naciones une también a las comunidades».
El cantante Jung Kook, integrante del grupo surcoreano BTS, interpretó ‘Dreamers’, canción incluida en la banda sonora oficial del Mundial, junto al cantante qatarí Fahad Al Kubaisi, que hizo una llamada a la unidad de «toda la humanidad, salvando las diferencias a través del humanismo, el respeto y la inclusión».
En la ceremonia hubo pequeños homenajes a las 32 selecciones, como breves fragmentos de canciones típicas con las que las aficiones las animan, destacando el ‘yo soy español, español’ típico de la afición de la Roja. También a ediciones precedentes mundialistas, con la salida y despliegue de las mascotas, entre ellas Gauchito y Naranjito, así como con himnos de los últimos torneos, entre ellos el Waka Waka de Shakira.
La ceremonia de inauguración del Mundial de Qatar fue una reivindicación de la cultura árabe, con constantes llamamientos al respeto y la tolerancia hacia las tradiciones del país que es anfitrión del Campeonato del Mundo más controvertido de la historia.
El estadio Al Bayt de Al Khor, una de las joyas arquitectónicas erigidas para albergar la competición y escenario del primer partido entre Qatar y Ecuador, acogió un acto en el que se mezcló la tradición del país anfitrión y la modernidad, con el actor Morgan Freeman como personalidad más destacada y parte fundamental del discurso reivindicando el respeto y el valor del fútbol como elemento integrador.
Bajo la presidencia del emir Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani, muy aclamado por el público, el primer Mundial de la historia en Oriente Medio exhibió una ceremonia rápida, de media hora, por momentos muy sentida, en la que se mostraron las raíces del país, su vinculación al desierto, y se quiso mandar un mensaje de respeto, tolerancia y modernidad.
«Al mundo entero le digo, bienvenidos a Doha. Hemos trabajado duro con mucha gente para que esta competición sea un éxito. Hemos invertido para trabajar por el bien de la humanidad. Las gentes se unen, sin importar su etnia, su religión, su orientación y su nacionalidad aquí en Qatar y tras las pantallas de todos los continentes del mundo», indicó en su breve discurso el emir, del que se emitió un vídeo de cuando era un niño jugando al fútbol en el desierto qatarí.
Asistieron, a parte de los máximos dirigentes del fútbol mundial que encabeza el suizo Gianni Infantino, personalidades como los presidentes de Turquía, Refecep Tayyip Erdogan, Egipto, Abdel Fattah al-Sissi, de la autoridad nacional Palestina, Mahmud Abás, el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, y la vicepresidentea ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez.
El actor Morgan Freeman, que ya tuvo un papel importante en el inicio, aseguró que «el fútbol da la vuelta al mundo y el que une a las naciones une también a las comunidades».
El cantante Jung Kook, integrante del grupo surcoreano BTS, interpretó ‘Dreamers’, canción incluida en la banda sonora oficial del Mundial, junto al cantante qatarí Fahad Al Kubaisi, que hizo una llamada a la unidad de «toda la humanidad, salvando las diferencias a través del humanismo, el respeto y la inclusión».
En la ceremonia hubo pequeños homenajes a las 32 selecciones, como breves fragmentos de canciones típicas con las que las aficiones las animan, destacando el ‘yo soy español, español’ típico de la afición de la Roja. También a ediciones precedentes mundialistas, con la salida y despliegue de las mascotas, entre ellas Gauchito y Naranjito, así como con himnos de los últimos torneos, entre ellos el Waka Waka de Shakira.