El reinado de Mercedes en la Fórmula 1 toca a su fin y las miradas van hacia el nuevo combustible ecológico
Pedro avisó tantas veces de que venía el lobo, que cuando llegó nadie le creyó. Algo parecido le ha ocurrido a Lewis Hamilton y a Mercedes, aunque no lo parezca. El tercer puesto con el que el heptacampeón arrancó la temporada 2022 no es, ni mucho menos, el resultado que sus fans hubieran soñado, pero tampoco es un mal resultado ni mucho menos.
Hamilton advertía que estaban a seis décimas de Red Bull y ocho o nueve de Ferrari. Casi lo clava. De no llega a ser el doble abandono de Verstappen y Pérez, quién sabe…
Una de las grandes preguntas que hay en el paddock de la Fórmula 1 es qué es exactamente lo que le ocurre a los vigentes campeones… desde el año pasado. Hasta 2020 fueron los dominadores con una autoridad aplastante, e incluso se llegó a pensar que iban ‘dopados’: algo tenían en esos coches que nadie les podía meter mano.
La clave la puede haber dado un reportaje de ‘Car&Driver’: el combustible. En 2021 se introdujo una nueva normativa previa al gran cambio de este año. La búsqueda de una eficiencia medioambiental mayor hasta ese objetivo de huella de carbono cero para 2030 hizo que se cambiara la mezcla del combustible (que no es exactamente gasolina) por un alto porcentaje de etanol, un compuesto derivado del alcohol que ya se usaba en otras competiciones.
Aunque solo introdujeron un 5,75% de esta sustancia en la mezcla, lo cierto es que fue suficiente como para que los motores Mercedes no fueran dominadores con autoridad y no sólo porque Verstappen fuera encendido o porque el chasis fuese aerodinámicamente más fino. Honda les comió la tostada en la recta final de la normativa anterior y eso les ha lastrado para este año.
Ferrari les pasa por la derecha
Uno de los ejemplos más claros de que algo no está bien en la unidad de potencia del W13 es que no sólo ellos estuvieron por detrás de sus rivales directos. Todos los coches motorizados por Mercedes aparecieron por detrás en las tablas de velocidades punta; Ferrari, en cambio entre los primeros.
Ver a los Alfa Romeo o los Haas en posiciones que ni soñaban en 2021 es el ejemplo perfecto de que ahí han fallado. Queda por estudiar qué pasará con Red Bull y si esos fallos con la bomba de combustible fueron cosa de una carrera o es un fallo de diseño grave por parte de Red Bull Powertrains (que no es más que Honda renombrado) o bien pueden solventarlo.
Lo que está claro es que a día de hoy, Mercedes está por detrás. La labor de desarrollo del motor ha quedado bloqueada hasta 2026 y solo si detectan que es un fallo en una pieza común se descongelará su evolución. Si no, quizá estemos ante un cambio de guión definitivo en la Fórmula 1.
Pedro avisó tantas veces de que venía el lobo, que cuando llegó nadie le creyó. Algo parecido le ha ocurrido a Lewis Hamilton y a Mercedes, aunque no lo parezca. El tercer puesto con el que el heptacampeón arrancó la temporada 2022 no es, ni mucho menos, el resultado que sus fans hubieran soñado, pero tampoco es un mal resultado ni mucho menos.
Hamilton advertía que estaban a seis décimas de Red Bull y ocho o nueve de Ferrari. Casi lo clava. De no llega a ser el doble abandono de Verstappen y Pérez, quién sabe…
Una de las grandes preguntas que hay en el paddock de la Fórmula 1 es qué es exactamente lo que le ocurre a los vigentes campeones… desde el año pasado. Hasta 2020 fueron los dominadores con una autoridad aplastante, e incluso se llegó a pensar que iban ‘dopados’: algo tenían en esos coches que nadie les podía meter mano.
La clave la puede haber dado un reportaje de ‘Car&Driver’: el combustible. En 2021 se introdujo una nueva normativa previa al gran cambio de este año. La búsqueda de una eficiencia medioambiental mayor hasta ese objetivo de huella de carbono cero para 2030 hizo que se cambiara la mezcla del combustible (que no es exactamente gasolina) por un alto porcentaje de etanol, un compuesto derivado del alcohol que ya se usaba en otras competiciones.
Aunque solo introdujeron un 5,75% de esta sustancia en la mezcla, lo cierto es que fue suficiente como para que los motores Mercedes no fueran dominadores con autoridad y no sólo porque Verstappen fuera encendido o porque el chasis fuese aerodinámicamente más fino. Honda les comió la tostada en la recta final de la normativa anterior y eso les ha lastrado para este año.
Ferrari les pasa por la derecha
Uno de los ejemplos más claros de que algo no está bien en la unidad de potencia del W13 es que no sólo ellos estuvieron por detrás de sus rivales directos. Todos los coches motorizados por Mercedes aparecieron por detrás en las tablas de velocidades punta; Ferrari, en cambio entre los primeros.
Ver a los Alfa Romeo o los Haas en posiciones que ni soñaban en 2021 es el ejemplo perfecto de que ahí han fallado. Queda por estudiar qué pasará con Red Bull y si esos fallos con la bomba de combustible fueron cosa de una carrera o es un fallo de diseño grave por parte de Red Bull Powertrains (que no es más que Honda renombrado) o bien pueden solventarlo.
Lo que está claro es que a día de hoy, Mercedes está por detrás. La labor de desarrollo del motor ha quedado bloqueada hasta 2026 y solo si detectan que es un fallo en una pieza común se descongelará su evolución. Si no, quizá estemos ante un cambio de guión definitivo en la Fórmula 1.