En la historia negra del Barça…

El aura de Xavi empieza a difuminarse. La impotencia se empieza a apoderar del equipo azulgrana, que vivió un bonito espejismo con su goleada en el Santiago Bernabéu y la posterior victoria ante el Sevilla, pero que ha caído en la vulgaridad en su estadio. Xavi acaba de firmar un récord negativo, porque jamás en la historia, el Barça había perdido tres partidos consecutivos en casa. No es casualidad lo que ha ocurrido contra el Eintracht, el Cádiz y el Rayo Vallecano, aunque no mereciera perder.
El técnico barcelonista se podría agarrar al clamoroso penalti cometido por Catena sobre Gavi, pero sería demasiado simplista intentar buscar la excusa del error arbitral para explicar el desplome del equipo azulgrana. El Rayo ha tenido el mérito de salvarse en Barcelona, haciendo su partido, sabiendo jugar al fútbol y al otro fútbol, para sacar de sus casillas al cuadro de Xavi.
La realidad es que, sin Pedri, el Barça no tiene trazo, ni fluidez, ni alegría de tocar en ataque. En defensa, sigue haciendo aguas y la primera ocasión del rival se convierte en gol. A estas alturas de temporada, cuando la mayoría de los equipos se juegan la vida o igualas su intensidad y su deseo, puede pasar que la bala que tenías para ratificar el segundo puesto, con un colchón de puntos, se pierda de la peor manera una vez más.
Es difícil evitar las comparaciones con el Barça de Koeman. Es verdad que Xavi cogió al equipo noveno y ahora es el segundo en la tabla, pero también que, por el camino, se ha reforzado con Aubameyang, Adama, Alves, Ferrán, más la recuperación de Dembelé. El mismo puso en el listón la obligación de ganar y jugar bien. Una cosa es el relato del estilo y otra el retrato de un equipo desnortado y sin puntería, que esta noche ha entrado en la historia negra del club.

En la historia negra del Barça…

El aura de Xavi empieza a difuminarse. La impotencia se empieza a apoderar del equipo azulgrana, que vivió un bonito espejismo con su goleada en el Santiago Bernabéu y la posterior victoria ante el Sevilla, pero que ha caído en la vulgaridad en su estadio. Xavi acaba de firmar un récord negativo, porque jamás en la historia, el Barça había perdido tres partidos consecutivos en casa. No es casualidad lo que ha ocurrido contra el Eintracht, el Cádiz y el Rayo Vallecano, aunque no mereciera perder. El técnico barcelonista se podría agarrar al clamoroso penalti cometido por Catena sobre Gavi, pero sería demasiado simplista intentar buscar la excusa del error arbitral para explicar el desplome del equipo azulgrana. El Rayo ha tenido el mérito de salvarse en Barcelona, haciendo su partido, sabiendo jugar al fútbol y al otro fútbol, para sacar de sus casillas al cuadro de Xavi. La realidad es que, sin Pedri, el Barça no tiene trazo, ni fluidez, ni alegría de tocar en ataque. En defensa, sigue haciendo aguas y la primera ocasión del rival se convierte en gol. A estas alturas de temporada, cuando la mayoría de los equipos se juegan la vida o igualas su intensidad y su deseo, puede pasar que la bala que tenías para ratificar el segundo puesto, con un colchón de puntos, se pierda de la peor manera una vez más. Es difícil evitar las comparaciones con el Barça de Koeman. Es verdad que Xavi cogió al equipo noveno y ahora es el segundo en la tabla, pero también que, por el camino, se ha reforzado con Aubameyang, Adama, Alves, Ferrán, más la recuperación de Dembelé. El mismo puso en el listón la obligación de ganar y jugar bien. Una cosa es el relato del estilo y otra el retrato de un equipo desnortado y sin puntería, que esta noche ha entrado en la historia negra del club.

El aura de Xavi empieza a difuminarse. La impotencia se empieza a apoderar del equipo azulgrana, que vivió un bonito espejismo con su goleada en el Santiago Bernabéu y la posterior victoria ante el Sevilla, pero que ha caído en la vulgaridad en su estadio. Xavi acaba de firmar un récord negativo, porque jamás en la historia, el Barça había perdido tres partidos consecutivos en casa. No es casualidad lo que ha ocurrido contra el Eintracht, el Cádiz y el Rayo Vallecano, aunque no mereciera perder.

El técnico barcelonista se podría agarrar al clamoroso penalti cometido por Catena sobre Gavi, pero sería demasiado simplista intentar buscar la excusa del error arbitral para explicar el desplome del equipo azulgrana. El Rayo ha tenido el mérito de salvarse en Barcelona, haciendo su partido, sabiendo jugar al fútbol y al otro fútbol, para sacar de sus casillas al cuadro de Xavi.

La realidad es que, sin Pedri, el Barça no tiene trazo, ni fluidez, ni alegría de tocar en ataque. En defensa, sigue haciendo aguas y la primera ocasión del rival se convierte en gol. A estas alturas de temporada, cuando la mayoría de los equipos se juegan la vida o igualas su intensidad y su deseo, puede pasar que la bala que tenías para ratificar el segundo puesto, con un colchón de puntos, se pierda de la peor manera una vez más.

Es difícil evitar las comparaciones con el Barça de Koeman. Es verdad que Xavi cogió al equipo noveno y ahora es el segundo en la tabla, pero también que, por el camino, se ha reforzado con Aubameyang, Adama, Alves, Ferrán, más la recuperación de Dembelé. El mismo puso en el listón la obligación de ganar y jugar bien. Una cosa es el relato del estilo y otra el retrato de un equipo desnortado y sin puntería, que esta noche ha entrado en la historia negra del club.