La batalla por ser el mejor de la historia del tenis: la negativa a vacunarse de Djokovic contra las lesiones de Nadal
La batalla por ser el mejor tenista de la historia es una de las más épicas y bellas del deporte mundial, pues en ella han coincidido en el tiempo sus tres protagonistas: Rafa Nadal, Novak Djokovic y Roger Federer.
El suizo, con sus 20 títulos de Grand Slam, parece haberse descolgado de la pugna.Un año lleva sin disputar un partido oficial de tenis –desde Wimbledon 2021– y pese a que ha anunciado que volverá para el inicio de 2023, hay muchas dudas sobre cómo lo hará, con año y medio sin jugar y ya con 41 años.
Y en espera de ver qué pasa con el helvético, la lucha se ha centrado entre Rafa Nadal y Novak Djokovic. Cuando los problemas físicos –no olvidemos que el balear tiene ya 36 años y debutó en el circuito profesional a los 15– estaban poniendo en duda la carrera del español, este ha resurgido de sus cenizas. Se llevó el Abierto de Australia para convertirse en el tenista masculino con más ‘grandes’ (21 entonces, desempatando con Djokovic y Federer, que contaban con 20) y después logró su Roland Garros número 14 para alzar su Grand Slam número 22. Todo ello, jugando con dolor y con su lesión crónica en el pie (el síndrome de Muller-Weiss) dándole más problemas que nunca.
El escafoide de su pie izquierdo ha dejado de darle problemas por el momento gracias al novedoso tratamiento al que se sometió tras su victoria en París, y en Wimbledon iba lanzado hacia la final más esperada, la que le iba a enfrentar con Novak Djokovic. Sin embargo, un nuevo percance físico atacó al mallorquín: una rotura de siete milímetros en el abdomen le hizo jugar con un intenso dolor en el maratoniano partido ante Taylor Fritz (cambió su juego para acabar ganando en cuatro horas y media), pero no le dejó continuar compitiendo y tuvo que retirarse antes de las semifinales.
Sin el balear en el horizonte, Djokovic no falló. Superó a Kyrgios en la final en el All England Club y logró así su Grand Slam número 21, a uno de Rafa. La lucha se vuelve a apretar al máximo. Nole es un año más joven que Nadal, pero está mucho menos castigado físicamente. Sin embargo, el serbio se enfrenta a otro problema, el de la vacuna del Covid. Su negativa a ese pinchazo ya le provocó su exclusión del Abierto de Australia –llegó a ser deportado del país– y ahora amenaza su presencia en los dos siguientes Grand Slams.
A día de hoy, la legislación de Estados Unidos prohíbe la entrada en el país de toda persona que no se haya vacunado y Djokovic no es una excepción. Queda un mes y medio para que empiece el último Grand Slam del año y habrá que ver si hay algún cambio que le permita al serbio competir. Nole de momento es cauto, pero optimista: «Espero que me den alguna buena noticia sobre el US Open, porque quiero jugar. Si no ocurre, tendré que ver cómo queda mi calendario», dijo. Porque su postura sobre las vacunas sigue siendo la misma: «No estoy vacunado ni lo planeo. La única noticia que espero es el que quiten la norma de tener que estar vacunado o que me den una exención», afirmó rotundo.
Espero que me den alguna buena noticia sobre el US Open, porque quiero jugar
El problema para Djokovic no es solo el torneo estadounidense, también está por saber qué pasará con el Abierto de Australia de 2023, pues en el pais aussie la legislación no ha cambiado. Aunque para eso quedan seis meses, un mundo.

La batalla por ser el mejor tenista de la historia es una de las más épicas y bellas del deporte mundial, pues en ella han coincidido en el tiempo sus tres protagonistas: Rafa Nadal, Novak Djokovic y Roger Federer. El suizo, con sus 20 títulos de Grand Slam, parece haberse descolgado de la pugna.Un año lleva sin disputar un partido oficial de tenis –desde Wimbledon 2021– y pese a que ha anunciado que volverá para el inicio de 2023, hay muchas dudas sobre cómo lo hará, con año y medio sin jugar y ya con 41 años. Y en espera de ver qué pasa con el helvético, la lucha se ha centrado entre Rafa Nadal y Novak Djokovic. Cuando los problemas físicos –no olvidemos que el balear tiene ya 36 años y debutó en el circuito profesional a los 15– estaban poniendo en duda la carrera del español, este ha resurgido de sus cenizas. Se llevó el Abierto de Australia para convertirse en el tenista masculino con más ‘grandes’ (21 entonces, desempatando con Djokovic y Federer, que contaban con 20) y después logró su Roland Garros número 14 para alzar su Grand Slam número 22. Todo ello, jugando con dolor y con su lesión crónica en el pie (el síndrome de Muller-Weiss) dándole más problemas que nunca. El escafoide de su pie izquierdo ha dejado de darle problemas por el momento gracias al novedoso tratamiento al que se sometió tras su victoria en París, y en Wimbledon iba lanzado hacia la final más esperada, la que le iba a enfrentar con Novak Djokovic. Sin embargo, un nuevo percance físico atacó al mallorquín: una rotura de siete milímetros en el abdomen le hizo jugar con un intenso dolor en el maratoniano partido ante Taylor Fritz (cambió su juego para acabar ganando en cuatro horas y media), pero no le dejó continuar compitiendo y tuvo que retirarse antes de las semifinales. Sin el balear en el horizonte, Djokovic no falló. Superó a Kyrgios en la final en el All England Club y logró así su Grand Slam número 21, a uno de Rafa. La lucha se vuelve a apretar al máximo. Nole es un año más joven que Nadal, pero está mucho menos castigado físicamente. Sin embargo, el serbio se enfrenta a otro problema, el de la vacuna del Covid. Su negativa a ese pinchazo ya le provocó su exclusión del Abierto de Australia –llegó a ser deportado del país– y ahora amenaza su presencia en los dos siguientes Grand Slams. A día de hoy, la legislación de Estados Unidos prohíbe la entrada en el país de toda persona que no se haya vacunado y Djokovic no es una excepción. Queda un mes y medio para que empiece el último Grand Slam del año y habrá que ver si hay algún cambio que le permita al serbio competir. Nole de momento es cauto, pero optimista: "Espero que me den alguna buena noticia sobre el US Open, porque quiero jugar. Si no ocurre, tendré que ver cómo queda mi calendario", dijo. Porque su postura sobre las vacunas sigue siendo la misma: "No estoy vacunado ni lo planeo. La única noticia que espero es el que quiten la norma de tener que estar vacunado o que me den una exención", afirmó rotundo. Espero que me den alguna buena noticia sobre el US Open, porque quiero jugar El problema para Djokovic no es solo el torneo estadounidense, también está por saber qué pasará con el Abierto de Australia de 2023, pues en el pais aussie la legislación no ha cambiado. Aunque para eso quedan seis meses, un mundo.
La batalla por ser el mejor tenista de la historia es una de las más épicas y bellas del deporte mundial, pues en ella han coincidido en el tiempo sus tres protagonistas: Rafa Nadal, Novak Djokovic y Roger Federer.
El suizo, con sus 20 títulos de Grand Slam, parece haberse descolgado de la pugna.Un año lleva sin disputar un partido oficial de tenis –desde Wimbledon 2021– y pese a que ha anunciado que volverá para el inicio de 2023, hay muchas dudas sobre cómo lo hará, con año y medio sin jugar y ya con 41 años.
Y en espera de ver qué pasa con el helvético, la lucha se ha centrado entre Rafa Nadal y Novak Djokovic. Cuando los problemas físicos –no olvidemos que el balear tiene ya 36 años y debutó en el circuito profesional a los 15– estaban poniendo en duda la carrera del español, este ha resurgido de sus cenizas. Se llevó el Abierto de Australia para convertirse en el tenista masculino con más ‘grandes’ (21 entonces, desempatando con Djokovic y Federer, que contaban con 20) y después logró su Roland Garros número 14 para alzar su Grand Slam número 22. Todo ello, jugando con dolor y con su lesión crónica en el pie (el síndrome de Muller-Weiss) dándole más problemas que nunca.
El escafoide de su pie izquierdo ha dejado de darle problemas por el momento gracias al novedoso tratamiento al que se sometió tras su victoria en París, y en Wimbledon iba lanzado hacia la final más esperada, la que le iba a enfrentar con Novak Djokovic. Sin embargo, un nuevo percance físico atacó al mallorquín: una rotura de siete milímetros en el abdomen le hizo jugar con un intenso dolor en el maratoniano partido ante Taylor Fritz (cambió su juego para acabar ganando en cuatro horas y media), pero no le dejó continuar compitiendo y tuvo que retirarse antes de las semifinales.
Sin el balear en el horizonte, Djokovic no falló. Superó a Kyrgios en la final en el All England Club y logró así su Grand Slam número 21, a uno de Rafa. La lucha se vuelve a apretar al máximo. Nole es un año más joven que Nadal, pero está mucho menos castigado físicamente. Sin embargo, el serbio se enfrenta a otro problema, el de la vacuna del Covid. Su negativa a ese pinchazo ya le provocó su exclusión del Abierto de Australia –llegó a ser deportado del país– y ahora amenaza su presencia en los dos siguientes Grand Slams.
A día de hoy, la legislación de Estados Unidos prohíbe la entrada en el país de toda persona que no se haya vacunado y Djokovic no es una excepción. Queda un mes y medio para que empiece el último Grand Slam del año y habrá que ver si hay algún cambio que le permita al serbio competir. Nole de momento es cauto, pero optimista: «Espero que me den alguna buena noticia sobre el US Open, porque quiero jugar. Si no ocurre, tendré que ver cómo queda mi calendario», dijo. Porque su postura sobre las vacunas sigue siendo la misma: «No estoy vacunado ni lo planeo. La única noticia que espero es el que quiten la norma de tener que estar vacunado o que me den una exención», afirmó rotundo.
Espero que me den alguna buena noticia sobre el US Open, porque quiero jugar
El problema para Djokovic no es solo el torneo estadounidense, también está por saber qué pasará con el Abierto de Australia de 2023, pues en el pais aussie la legislación no ha cambiado. Aunque para eso quedan seis meses, un mundo.