La desgarradora historia de Mo Farah: revela su verdadero nombre y que fue victima de tráfico de personas y esclavitud

Hablar de Mo Farah es hacerlo de todo un símbolo del atletismo británico. El que fuera abanderado olímpico en Tokio 2020 anunció su retirada la semana pasada y ahora saldrá a la luz un documental en el que cuenta su truculenta historia hasta convertirse en toda una leyenda del tartán.
En The Real Mo Farah, el campeón olímpico, mundial y europeo de 5.000 y 10.000 metros relata episodios de su vida que pocos se habrían imaginado. Para empezar confiesa que su verdadero nombre no es Mo Farah sino Hussein Abdi Kahin, que nació en Somalia y que pasó por una situación complicada en la que fue víctima de esclavitud y tráfico de personas y de la esclavitud.

«La verdad es que no soy quien tú crees que soy. La verdadera historia es que nací en Somalilandia, al norte de Somalia, como Hussein Abdi Kahin. Pese a lo dicho en el pasado, mis padres nunca vivieron en el Reino Unido», relata el atleta. «Cuando tenía 4 años, mi padre murió en la guerra civil y mi familia quedó dividida. Me separaron de mi madre y me trajeron ilegalmente al Reino Unido con nueve años con el nombre de otro niño llamado Mohamed Farah. A menudo pienso en el otro Mohamed Farah, el niño al que quité la plaza en aquel avión. Espero realmente que esté bien».
Según cuenta Farah en el documental de la BBC, fue obligado a ejercer como empleado doméstico en Inglaterra durante nueve años después de que su contacto en Londres le engañase diciéndole que viviría con unos parientes. «Tenía los contactos de mis parientes, pero una vez llegamos a su casa en Hounslow, la señora me los quitó, los rompió delante de mí y los tiró a la basura. Entonces me di cuenta que estaba en problemas».
Para poder comer, Farah tuvo que hacer tareas del hogar y cuidar de los niños de su captora. Todo bajo duras amenazas y una coacción extrema. «Si alguna vez quieres volver a ver a tu familia, no digas nada», le decía aquella mujer. «Yo a menudo me encerraba en el baño y lloraba», confiesa el atleta.
Todo cambió cuando el deporte apareció en su vida al ser escolarizado con 12 años. «Lo que realmente le salvó, lo que me hizo diferente, fue que podía correr. El único idioma que parecía entender era el de la educación física y el deporte», explica su profesor de educación física, Alan Watkinson. De hecho fue el propio profesor quien le ayudó a salir del infierno en el que se encontraba cuando el chico le contó su situación. Llevó su caso a los servicios sociales y Farah pasó a una familia de acogida.
La pregunta ahora es por qué ha tardado tanto en contar la historia, y Mo Farah tiene una respuesta para ella. «Me lo guardé durante mucho tiempo, pero es difícil cuando estás cara a cara con mis hijos y a menudo me preguntan ‘papá, ¿cómo fue eso?’. Tienes siempre respuestas para todo, pero no la tienes para eso», explica el campeón. «Ésa es la principal razón por la que estoy explicando mi historia. Quiero sentirme alguien normal y no como alguien que esconde algo».

La desgarradora historia de Mo Farah: revela su verdadero nombre y que fue victima de tráfico de personas y esclavitud

Hablar de Mo Farah es hacerlo de todo un símbolo del atletismo británico. El que fuera abanderado olímpico en Tokio 2020 anunció su retirada la semana pasada y ahora saldrá a la luz un documental en el que cuenta su truculenta historia hasta convertirse en toda una leyenda del tartán. En The Real Mo Farah, el campeón olímpico, mundial y europeo de 5.000 y 10.000 metros relata episodios de su vida que pocos se habrían imaginado. Para empezar confiesa que su verdadero nombre no es Mo Farah sino Hussein Abdi Kahin, que nació en Somalia y que pasó por una situación complicada en la que fue víctima de esclavitud y tráfico de personas y de la esclavitud. "La verdad es que no soy quien tú crees que soy. La verdadera historia es que nací en Somalilandia, al norte de Somalia, como Hussein Abdi Kahin. Pese a lo dicho en el pasado, mis padres nunca vivieron en el Reino Unido", relata el atleta. "Cuando tenía 4 años, mi padre murió en la guerra civil y mi familia quedó dividida. Me separaron de mi madre y me trajeron ilegalmente al Reino Unido con nueve años con el nombre de otro niño llamado Mohamed Farah. A menudo pienso en el otro Mohamed Farah, el niño al que quité la plaza en aquel avión. Espero realmente que esté bien". Según cuenta Farah en el documental de la BBC, fue obligado a ejercer como empleado doméstico en Inglaterra durante nueve años después de que su contacto en Londres le engañase diciéndole que viviría con unos parientes. "Tenía los contactos de mis parientes, pero una vez llegamos a su casa en Hounslow, la señora me los quitó, los rompió delante de mí y los tiró a la basura. Entonces me di cuenta que estaba en problemas". Para poder comer, Farah tuvo que hacer tareas del hogar y cuidar de los niños de su captora. Todo bajo duras amenazas y una coacción extrema. "Si alguna vez quieres volver a ver a tu familia, no digas nada", le decía aquella mujer. "Yo a menudo me encerraba en el baño y lloraba", confiesa el atleta. Todo cambió cuando el deporte apareció en su vida al ser escolarizado con 12 años. "Lo que realmente le salvó, lo que me hizo diferente, fue que podía correr. El único idioma que parecía entender era el de la educación física y el deporte", explica su profesor de educación física, Alan Watkinson. De hecho fue el propio profesor quien le ayudó a salir del infierno en el que se encontraba cuando el chico le contó su situación. Llevó su caso a los servicios sociales y Farah pasó a una familia de acogida. La pregunta ahora es por qué ha tardado tanto en contar la historia, y Mo Farah tiene una respuesta para ella. "Me lo guardé durante mucho tiempo, pero es difícil cuando estás cara a cara con mis hijos y a menudo me preguntan 'papá, ¿cómo fue eso?'. Tienes siempre respuestas para todo, pero no la tienes para eso", explica el campeón. "Ésa es la principal razón por la que estoy explicando mi historia. Quiero sentirme alguien normal y no como alguien que esconde algo".

Hablar de Mo Farah es hacerlo de todo un símbolo del atletismo británico. El que fuera abanderado olímpico en Tokio 2020 anunció su retirada la semana pasada y ahora saldrá a la luz un documental en el que cuenta su truculenta historia hasta convertirse en toda una leyenda del tartán.

En The Real Mo Farah, el campeón olímpico, mundial y europeo de 5.000 y 10.000 metros relata episodios de su vida que pocos se habrían imaginado. Para empezar confiesa que su verdadero nombre no es Mo Farah sino Hussein Abdi Kahin, que nació en Somalia y que pasó por una situación complicada en la que fue víctima de esclavitud y tráfico de personas y de la esclavitud.

«La verdad es que no soy quien tú crees que soy. La verdadera historia es que nací en Somalilandia, al norte de Somalia, como Hussein Abdi Kahin. Pese a lo dicho en el pasado, mis padres nunca vivieron en el Reino Unido«, relata el atleta. «Cuando tenía 4 años, mi padre murió en la guerra civil y mi familia quedó dividida. Me separaron de mi madre y me trajeron ilegalmente al Reino Unido con nueve años con el nombre de otro niño llamado Mohamed Farah. A menudo pienso en el otro Mohamed Farah, el niño al que quité la plaza en aquel avión. Espero realmente que esté bien».

Según cuenta Farah en el documental de la BBC, fue obligado a ejercer como empleado doméstico en Inglaterra durante nueve años después de que su contacto en Londres le engañase diciéndole que viviría con unos parientes. «Tenía los contactos de mis parientes, pero una vez llegamos a su casa en Hounslow, la señora me los quitó, los rompió delante de mí y los tiró a la basura. Entonces me di cuenta que estaba en problemas».

Para poder comer, Farah tuvo que hacer tareas del hogar y cuidar de los niños de su captora. Todo bajo duras amenazas y una coacción extrema. «Si alguna vez quieres volver a ver a tu familia, no digas nada«, le decía aquella mujer. «Yo a menudo me encerraba en el baño y lloraba», confiesa el atleta.

Todo cambió cuando el deporte apareció en su vida al ser escolarizado con 12 años. «Lo que realmente le salvó, lo que me hizo diferente, fue que podía correr. El único idioma que parecía entender era el de la educación física y el deporte«, explica su profesor de educación física, Alan Watkinson. De hecho fue el propio profesor quien le ayudó a salir del infierno en el que se encontraba cuando el chico le contó su situación. Llevó su caso a los servicios sociales y Farah pasó a una familia de acogida.

La pregunta ahora es por qué ha tardado tanto en contar la historia, y Mo Farah tiene una respuesta para ella. «Me lo guardé durante mucho tiempo, pero es difícil cuando estás cara a cara con mis hijos y a menudo me preguntan ‘papá, ¿cómo fue eso?’. Tienes siempre respuestas para todo, pero no la tienes para eso», explica el campeón. «Ésa es la principal razón por la que estoy explicando mi historia. Quiero sentirme alguien normal y no como alguien que esconde algo».