La lluvia amenaza con sembrar el caos en el Open de Australia

La organización de Open de Australia se prepara para un gran reto logístico en los próximos días, el de dar continuidad al primer Grand Slam del año a pesar de las malas previsiones meteorológicas. Los pronósticos no son esperanzadores, y los retrasos que ya sufre el cuadro podrían aumentar en las próximas jornadas.
Han empezado los problemas en el primer gran torneo de 2023, pues este martes varios partidos han sido suspendidos debido a las inclemencias meteorológicas. Primero a causa del calor extremo, unos encuentros que se reanudaron después, y luego a causa de los fuertes chubascos en Melbourne, que terminaron con la reprogramación de varios choques para la jornada del miércoles.
El aplazamiento de compromisos, que ha afectado a doce partidos masculinos y femeninos celebrados en las pistas exteriores (solo las tres principales cuentan con cubiertas), ya ha generado un desajuste que se hará notar en los próximos días, pero la situación podría empeorar. Así lo temen los organizadores ante los desesperanzadores datos meteorológicos, que arrojan altos porcentajes de probabilidad de lluvias.
La lenta reacción de los organizadores ya ha sido criticada por algunos tenistas, los principales afectados por estos retrasos. En caso de una acumulación severa de choques, algunos jugadores podrían verse obligados a doblar turnos, lo que supone un alto desgaste físico.

La lluvia amenaza con sembrar el caos en el Open de Australia

La organización de Open de Australia se prepara para un gran reto logístico en los próximos días, el de dar continuidad al primer Grand Slam del año a pesar de las malas previsiones meteorológicas. Los pronósticos no son esperanzadores, y los retrasos que ya sufre el cuadro podrían aumentar en las próximas jornadas. Han empezado los problemas en el primer gran torneo de 2023, pues este martes varios partidos han sido suspendidos debido a las inclemencias meteorológicas. Primero a causa del calor extremo, unos encuentros que se reanudaron después, y luego a causa de los fuertes chubascos en Melbourne, que terminaron con la reprogramación de varios choques para la jornada del miércoles. El aplazamiento de compromisos, que ha afectado a doce partidos masculinos y femeninos celebrados en las pistas exteriores (solo las tres principales cuentan con cubiertas), ya ha generado un desajuste que se hará notar en los próximos días, pero la situación podría empeorar. Así lo temen los organizadores ante los desesperanzadores datos meteorológicos, que arrojan altos porcentajes de probabilidad de lluvias. La lenta reacción de los organizadores ya ha sido criticada por algunos tenistas, los principales afectados por estos retrasos. En caso de una acumulación severa de choques, algunos jugadores podrían verse obligados a doblar turnos, lo que supone un alto desgaste físico.

La organización de Open de Australia se prepara para un gran reto logístico en los próximos días, el de dar continuidad al primer Grand Slam del año a pesar de las malas previsiones meteorológicas. Los pronósticos no son esperanzadores, y los retrasos que ya sufre el cuadro podrían aumentar en las próximas jornadas.

Han empezado los problemas en el primer gran torneo de 2023, pues este martes varios partidos han sido suspendidos debido a las inclemencias meteorológicas. Primero a causa del calor extremo, unos encuentros que se reanudaron después, y luego a causa de los fuertes chubascos en Melbourne, que terminaron con la reprogramación de varios choques para la jornada del miércoles.

El aplazamiento de compromisos, que ha afectado a doce partidos masculinos y femeninos celebrados en las pistas exteriores (solo las tres principales cuentan con cubiertas), ya ha generado un desajuste que se hará notar en los próximos días, pero la situación podría empeorar. Así lo temen los organizadores ante los desesperanzadores datos meteorológicos, que arrojan altos porcentajes de probabilidad de lluvias.

La lenta reacción de los organizadores ya ha sido criticada por algunos tenistas, los principales afectados por estos retrasos. En caso de una acumulación severa de choques, algunos jugadores podrían verse obligados a doblar turnos, lo que supone un alto desgaste físico.