La selección española femenina, el ejemplo de la reivindicación de la mujer en el deporte

En apenas un año, el combinado nacional se ha convertido en un referente de la lucha por los derechos.

La selección española femenina, el ejemplo de la reivindicación de la mujer en el deporte

En apenas un año, el combinado nacional se ha convertido en un referente de la lucha por los derechos.

Del 8 de marzo de 2023 al mismo día de 2024, la selección española de fútbol femenino ha vivido el que probablemente haya sido el año más intenso, convulso y a la vez exitoso de su historia. Ha sido una época muy complicada, pero a la vez plagada de éxitos con dos títulos -nada menos que el Mundial y la Liga de Naciones- como premio a un esfuerzo incansable de lucha por los derechos de las mujeres en el deporte.

El año pasado las jugadoras de la selección ya se encontraban en su batalla particular de cambiar el día a día del fútbol femenino desde el seno de la RFEF. Algunas como Aitana Bonmatí, Mariona Caldentey y Mapi León formaban parte de las conocidas como ‘Las 15’, un grupo de futbolistas que se declararon no seleccionables hasta que las condiciones de la selección cambiaran. Todo con el Mundial a la vuelta de la esquina.

Lideradas por FUTPRO y unidas a la causa otras futbolistas importantes como Alexia Putellas, Irene Paredes y Jenni Hermoso, lograron pequeños avances que desencadenaron en el regreso de algunas de ellas al combinado nacional para la cita mundialista.

Llegó julio y con él el sueño de muchas niñas, que siempre desearon levantar un Mundial representando a España. Durante siete partidos, todo el país se paralizó animando a las futbolistas. Ellas respondieron de la mejor forma posible: levantando el título al cielo de Sídney. Lo merecían, eran las mejores y lo habían demostrado.

Pero todo quedó eclipsado por la bochornosa actitud de Luis Rubiales, por entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol, que además de tocarse los genitales en el palco junto a la reina Letizia y la infanta Sofía, después le dio un beso sin consentimiento a Jenni Hermoso en la entrega de medallas, delante de las cámaras y con la atención del mundo.

Tras varios días de una gran tensión, comenzó la lucha de las jugadoras, con Hermoso a la cabeza, que cambiaría el rumbo del fútbol femenino y también del español. Las futbolistas se rebelaron de nuevo siguiendo el #SeAcabó impulsado por Alexia Putellas, Jenni Hermoso denunció el beso y la caída de Luis Rubiales como presidente de la Federación era cuestión de tiempo ante la gran presión política y social.

«No voy a dimitir», aseguró hasta en seis ocasiones en una Asamblea vergonzosa que ya forma parte de la historia del fútbol, llena de excusas y con un discurso inaceptable que fue aplaudido por Montse Tomé, actual seleccionadora, y Jorge Vilda, técnico del combinado nacional en el Mundial al que esos aplausos terminaron sentenciando.

Sus palabras fueron en vano. La FIFA entró en defensa de Jenni Hermoso abriéndole expediente e inhabilitándole y Rubiales acabó dimitiendo. A continuación, la Federación optó por, esta vez sí, llevar a cabo algunos de los cambios que tanto reivindicaban las jugadoras.

La lucha empezaba a dar sus frutos. Tras la marcha de Rubiales llegó la de Vilda, sustituido por Montse Tomé, con un comienzo nada fácil y lleno de polémica. En el aire estaba la opción del regreso de las jugadoras a la selección, a lo cual se habían negado anteriormente… pero ella las llamó. A todas menos a Jenni Hermoso, presuntamente por protegerla.

Muchas de ellas volvieron en una concentración marcada por la incertidumbre y por una extensa reunión liderada por Irene Paredes y Alexia Putellas con Víctor Francos, entonces presidente del CSD, que sentó las bases de los cambios en la Federación.

Con el paso de las semanas las aguas fueron calmándose. Las jugadoras se reconciliaron con la selección, a la vez que se han convertido en referentes para millones de niñas y mujeres. Ya muchas ven en rostros como Aitana Bonmatí, Jennifer Hermoso o Alexia Putellas el ejemplo a seguir.

Ellas, mientras tanto, les han dado motivos para ello también en el terreno de juego, con la Nations League como título deportivo más reciente en sus vitrinas, pero no el último. Tampoco el más importante, ese lo han conseguido al margen del fútbol.