La UCI pone trabas a ciclistas tramposos con una nueva norma que mantiene a raya a las bicis con los vehículos que los acompañan

La Unión Ciclista Internacional ha tenido que modificar su reglamento para garantizar que los resultados de los corredores en plena competición no se vean alterados con el efecto del flujo del aire de los coches que ruedan alrededor de los ciclistas. Durante la prueba de la contrarreloj, la diferencia por décimas de segundo es crucial y el efecto del aire emitido por un coche, puede verse alterado por la distancia de los vehículos que lo acompañan.
Esos coches de carrera les dotan de una «mayor estabilidad y seguridad, manteniendo la posición aerodinámica del corredor», además de proporcionales esas centésimas de segundos extra, que algunos ciclistas aprovechan hasta el impulso final.
La UCI ha determinado que la distancia mínima entre el ciclista y los vehículos que le siguen en una contrarreloj individual será a partir de este año de 25 metros, en lugar de 10, para garantizar que los resultados no se vean alterados por la proximidad de los coches.
La organización ha puntualizado que «redundará en la seguridad del corredor al proporcionar al conductor del vehículo un mayor tiempo de reacción en caso de percance o incidente inesperado».
No en vano, y para evitar cualquier crítica desacertada que empañe la imagen del deporte, la internacional ha citado un estudio de la Universidad Tecnológica de Eindhoven (Países Bajos) que ha demostrado que colocar un vehículo muy cerca del ciclista puede modificar el flujo de aire alrededor de este y suponer potencialmente una ventaja.
«El estudio concluye que la presencia de un coche 10 m detrás de un ciclista le da una ventaja de 0,05 segundos por kilómetro a una velocidad de 46,8 km/h (velocidad correspondiente a la alcanzada en las contrarrelojes). Esto equivale a un segundo en una contrarreloj de 20 km. Sin embargo, al ampliar la distancia a 15 m, la ventaja pasa a ser insignificante», indicó la UCI.
La distancia acordada finalmente de 25 m obedece a las razones de seguridad mencionadas.
Además, se ha actualizado la normativa sobre las extensiones del manillar, para tener en cuenta la altura de los ciclistas, y el ángulo máximo de inclinación del soporte del antebrazo se ha aumentado de 15 a 30°.

La UCI pone trabas a ciclistas tramposos con una nueva norma que mantiene a raya a las bicis con los vehículos que los acompañan

La Unión Ciclista Internacional ha tenido que modificar su reglamento para garantizar que los resultados de los corredores en plena competición no se vean alterados con el efecto del flujo del aire de los coches que ruedan alrededor de los ciclistas. Durante la prueba de la contrarreloj, la diferencia por décimas de segundo es crucial y el efecto del aire emitido por un coche, puede verse alterado por la distancia de los vehículos que lo acompañan. Esos coches de carrera les dotan de una "mayor estabilidad y seguridad, manteniendo la posición aerodinámica del corredor", además de proporcionales esas centésimas de segundos extra, que algunos ciclistas aprovechan hasta el impulso final. La UCI ha determinado que la distancia mínima entre el ciclista y los vehículos que le siguen en una contrarreloj individual será a partir de este año de 25 metros, en lugar de 10, para garantizar que los resultados no se vean alterados por la proximidad de los coches. La organización ha puntualizado que "redundará en la seguridad del corredor al proporcionar al conductor del vehículo un mayor tiempo de reacción en caso de percance o incidente inesperado". No en vano, y para evitar cualquier crítica desacertada que empañe la imagen del deporte, la internacional ha citado un estudio de la Universidad Tecnológica de Eindhoven (Países Bajos) que ha demostrado que colocar un vehículo muy cerca del ciclista puede modificar el flujo de aire alrededor de este y suponer potencialmente una ventaja. "El estudio concluye que la presencia de un coche 10 m detrás de un ciclista le da una ventaja de 0,05 segundos por kilómetro a una velocidad de 46,8 km/h (velocidad correspondiente a la alcanzada en las contrarrelojes). Esto equivale a un segundo en una contrarreloj de 20 km. Sin embargo, al ampliar la distancia a 15 m, la ventaja pasa a ser insignificante", indicó la UCI. La distancia acordada finalmente de 25 m obedece a las razones de seguridad mencionadas. Además, se ha actualizado la normativa sobre las extensiones del manillar, para tener en cuenta la altura de los ciclistas, y el ángulo máximo de inclinación del soporte del antebrazo se ha aumentado de 15 a 30°.

La Unión Ciclista Internacional ha tenido que modificar su reglamento para garantizar que los resultados de los corredores en plena competición no se vean alterados con el efecto del flujo del aire de los coches que ruedan alrededor de los ciclistas. Durante la prueba de la contrarreloj, la diferencia por décimas de segundo es crucial y el efecto del aire emitido por un coche, puede verse alterado por la distancia de los vehículos que lo acompañan.

Esos coches de carrera les dotan de una «mayor estabilidad y seguridad, manteniendo la posición aerodinámica del corredor», además de proporcionales esas centésimas de segundos extra, que algunos ciclistas aprovechan hasta el impulso final.

La UCI ha determinado que la distancia mínima entre el ciclista y los vehículos que le siguen en una contrarreloj individual será a partir de este año de 25 metros, en lugar de 10, para garantizar que los resultados no se vean alterados por la proximidad de los coches.

La organización ha puntualizado que «redundará en la seguridad del corredor al proporcionar al conductor del vehículo un mayor tiempo de reacción en caso de percance o incidente inesperado».

No en vano, y para evitar cualquier crítica desacertada que empañe la imagen del deporte, la internacional ha citado un estudio de la Universidad Tecnológica de Eindhoven (Países Bajos) que ha demostrado que colocar un vehículo muy cerca del ciclista puede modificar el flujo de aire alrededor de este y suponer potencialmente una ventaja.

«El estudio concluye que la presencia de un coche 10 m detrás de un ciclista le da una ventaja de 0,05 segundos por kilómetro a una velocidad de 46,8 km/h (velocidad correspondiente a la alcanzada en las contrarrelojes). Esto equivale a un segundo en una contrarreloj de 20 km. Sin embargo, al ampliar la distancia a 15 m, la ventaja pasa a ser insignificante», indicó la UCI.

La distancia acordada finalmente de 25 m obedece a las razones de seguridad mencionadas.

Además, se ha actualizado la normativa sobre las extensiones del manillar, para tener en cuenta la altura de los ciclistas, y el ángulo máximo de inclinación del soporte del antebrazo se ha aumentado de 15 a 30°.