Las claves de la tragedia en Indonesia: posible brutalidad policial, uso de gas lacrimógeno y más entradas de las permitidas

El gobierno de Indonesia ya ha abierto una investigación para tratar de esclarecer los motivos de la tragedia ocurrida el sábado en un campo de fútbol, donde murieron al menos 125 personas tras una estampida provocada por enfrentamientos entre policías y aficionados.
Los hechos ocurrieron cuando miles de aficionados del Arema irrumpieron en la cancha tras una derrota (2-3) ante el Persebaya Surabaya en el estadio Kanjuruhan de la ciudad de Malang, en la provincia de Java Oriental, y chocaron contras las fuerzas de seguridad, dejando decenas de fallecidos.
La rabiosa multitud embistió contra los policías y destrozó diversas infraestructuras del centro deportivo, así como una quincena de vehículos, en un brote de violencia que fue calificado como «anárquico» por el jefe de Policía de Java Oriental, Nico Afinta.
Los agentes respondieron con gas lacrimógeno en un intento de frenar los ataques, lo que hizo cundir el pánico entre los aficionados y provocó una estampida. «Era un espacio lleno de gente, que provocó dificultad para respirar, falta de oxígeno», señaló Afinta. Así, la mayoría de las víctimas sucumbió por razones de asfixia, traumas o pisoteados, según indicaron fuentes hospitalarias.
«La Policía debe revelar inmediatamente a los autores involucrados en los actos delictivos», apuntó en una rueda de prensa el Ministro de Seguridad, Mahfud MD, quien añadió que «tomarán medidas» contra los responsables y reclamó a la Policía que «evalúe sus procedimientos de seguridad».
Mahfud también indicó que las autoridades investigan la veracidad de vídeos publicados sobre el incidente donde los responsables de la seguridad «se excedieron y actuaron fuera de su autoridad».
El equipo de investigadores -que incluirá a responsables de ministerios, futbolistas profesionales, organizadores de eventos deportivos, profesionales de medios de comunicación y académicos- será conformado en las próximas 24 horas y coordinado por el ministro de Seguridad.
Por su parte, la Policía Nacional de Indonesia indicó este lunes que está investigando a 18 oficiales por el lanzamiento de botes de gas lacrimógeno durante los disturbios. Estos oficiales estaban «de servicio» y eran los responsables de «operar con las escopetas» para disparar botes de gas, apuntó en una rueda de prensa el portavoz de Policía, Dedi Prasetyo, conforme a las primeras investigaciones internas del incidente.
Varios supervivientes y testigos de la espiral de violencia han denunciado la brutalidad de la policía, que además de disparar bombas de gas también utilizó porras y proporcionó «golpes y patadas» contra los hinchas, de acuerdo a los relatos recopilados por los medios locales.
Entre los puntos claves de la investigación figuran el uso de gas lacrimógeno por la Policía –cuyo uso está prohibido por la FIFA en el interior de estadios debido a su potencial peligro– y la presunta venta de unas 4.000 entradas más allá del aforo permitido.
El Gobierno evaluará las medidas de seguridad en los partidos de fútbol en el país, donde ya se registraron en el pasado otros brotes de violencia.

Las claves de la tragedia en Indonesia: posible brutalidad policial, uso de gas lacrimógeno y más entradas de las permitidas

El gobierno de Indonesia ya ha abierto una investigación para tratar de esclarecer los motivos de la tragedia ocurrida el sábado en un campo de fútbol, donde murieron al menos 125 personas tras una estampida provocada por enfrentamientos entre policías y aficionados. Los hechos ocurrieron cuando miles de aficionados del Arema irrumpieron en la cancha tras una derrota (2-3) ante el Persebaya Surabaya en el estadio Kanjuruhan de la ciudad de Malang, en la provincia de Java Oriental, y chocaron contras las fuerzas de seguridad, dejando decenas de fallecidos. La rabiosa multitud embistió contra los policías y destrozó diversas infraestructuras del centro deportivo, así como una quincena de vehículos, en un brote de violencia que fue calificado como «anárquico» por el jefe de Policía de Java Oriental, Nico Afinta. Los agentes respondieron con gas lacrimógeno en un intento de frenar los ataques, lo que hizo cundir el pánico entre los aficionados y provocó una estampida. «Era un espacio lleno de gente, que provocó dificultad para respirar, falta de oxígeno», señaló Afinta. Así, la mayoría de las víctimas sucumbió por razones de asfixia, traumas o pisoteados, según indicaron fuentes hospitalarias. "La Policía debe revelar inmediatamente a los autores involucrados en los actos delictivos", apuntó en una rueda de prensa el Ministro de Seguridad, Mahfud MD, quien añadió que "tomarán medidas" contra los responsables y reclamó a la Policía que "evalúe sus procedimientos de seguridad". Mahfud también indicó que las autoridades investigan la veracidad de vídeos publicados sobre el incidente donde los responsables de la seguridad "se excedieron y actuaron fuera de su autoridad". El equipo de investigadores -que incluirá a responsables de ministerios, futbolistas profesionales, organizadores de eventos deportivos, profesionales de medios de comunicación y académicos- será conformado en las próximas 24 horas y coordinado por el ministro de Seguridad. Por su parte, la Policía Nacional de Indonesia indicó este lunes que está investigando a 18 oficiales por el lanzamiento de botes de gas lacrimógeno durante los disturbios. Estos oficiales estaban "de servicio" y eran los responsables de "operar con las escopetas" para disparar botes de gas, apuntó en una rueda de prensa el portavoz de Policía, Dedi Prasetyo, conforme a las primeras investigaciones internas del incidente. Varios supervivientes y testigos de la espiral de violencia han denunciado la brutalidad de la policía, que además de disparar bombas de gas también utilizó porras y proporcionó «golpes y patadas» contra los hinchas, de acuerdo a los relatos recopilados por los medios locales. Entre los puntos claves de la investigación figuran el uso de gas lacrimógeno por la Policía –cuyo uso está prohibido por la FIFA en el interior de estadios debido a su potencial peligro– y la presunta venta de unas 4.000 entradas más allá del aforo permitido. El Gobierno evaluará las medidas de seguridad en los partidos de fútbol en el país, donde ya se registraron en el pasado otros brotes de violencia.

El gobierno de Indonesia ya ha abierto una investigación para tratar de esclarecer los motivos de la tragedia ocurrida el sábado en un campo de fútbol, donde murieron al menos 125 personas tras una estampida provocada por enfrentamientos entre policías y aficionados.

Los hechos ocurrieron cuando miles de aficionados del Arema irrumpieron en la cancha tras una derrota (2-3) ante el Persebaya Surabaya en el estadio Kanjuruhan de la ciudad de Malang, en la provincia de Java Oriental, y chocaron contras las fuerzas de seguridad, dejando decenas de fallecidos.

La rabiosa multitud embistió contra los policías y destrozó diversas infraestructuras del centro deportivo, así como una quincena de vehículos, en un brote de violencia que fue calificado como «anárquico» por el jefe de Policía de Java Oriental, Nico Afinta.

Los agentes respondieron con gas lacrimógeno en un intento de frenar los ataques, lo que hizo cundir el pánico entre los aficionados y provocó una estampida. «Era un espacio lleno de gente, que provocó dificultad para respirar, falta de oxígeno», señaló Afinta. Así, la mayoría de las víctimas sucumbió por razones de asfixia, traumas o pisoteados, según indicaron fuentes hospitalarias.

«La Policía debe revelar inmediatamente a los autores involucrados en los actos delictivos», apuntó en una rueda de prensa el Ministro de Seguridad, Mahfud MD, quien añadió que «tomarán medidas» contra los responsables y reclamó a la Policía que «evalúe sus procedimientos de seguridad».

Mahfud también indicó que las autoridades investigan la veracidad de vídeos publicados sobre el incidente donde los responsables de la seguridad «se excedieron y actuaron fuera de su autoridad».

El equipo de investigadores -que incluirá a responsables de ministerios, futbolistas profesionales, organizadores de eventos deportivos, profesionales de medios de comunicación y académicos- será conformado en las próximas 24 horas y coordinado por el ministro de Seguridad.

Por su parte, la Policía Nacional de Indonesia indicó este lunes que está investigando a 18 oficiales por el lanzamiento de botes de gas lacrimógeno durante los disturbios. Estos oficiales estaban «de servicio» y eran los responsables de «operar con las escopetas» para disparar botes de gas, apuntó en una rueda de prensa el portavoz de Policía, Dedi Prasetyo, conforme a las primeras investigaciones internas del incidente.

Varios supervivientes y testigos de la espiral de violencia han denunciado la brutalidad de la policía, que además de disparar bombas de gas también utilizó porras y proporcionó «golpes y patadas» contra los hinchas, de acuerdo a los relatos recopilados por los medios locales.

Entre los puntos claves de la investigación figuran el uso de gas lacrimógeno por la Policía –cuyo uso está prohibido por la FIFA en el interior de estadios debido a su potencial peligro– y la presunta venta de unas 4.000 entradas más allá del aforo permitido.

El Gobierno evaluará las medidas de seguridad en los partidos de fútbol en el país, donde ya se registraron en el pasado otros brotes de violencia.