Las consecuencias de la espantada de Suzuki del Mundial de MotoGP: afecta, entre otros, a Marc Márquez

El Mundial de motociclismo ha recibido un duro revés. Suzuki filtró durante los test disputados en Jerez después del GP de España que esta iba a ser su última temporada en MotoGP, sin dar muchos más motivos que los económicos. Aunque se encuentran en un momento más que decente de competitividad, han decidido que 2022 será su última campaña.
No es la primera espantada que pegan. En 2012 ya se fueron para regresar tres años después, y en 2020 lograron un memorable campeonato gracias a Joan Mir. Poco a poco se han asentado en las posiciones de honor, pero desde Japón han decidido cortar el programa.
Tanto Rins, que ha sumado ya dos podios en lo que va de temporada, como el propio Mir se sienten en condiciones de continuar, pero ahora tendrán que buscarse la vida en una parrilla en la que los huecos están muy contados, más aún en equipos competitivos. Esta es solo una consecuencia de las muchas que puede tener la marcha de Suzuki.
Un proyecto que hizo aguas nada más ganar
La marca de Hamamatsu no era, ni mucho menos, de las protagonistas en el paddock. No porque sus pilotos no estuvieran en la delantera, sino por una cuestión numérica. Tanto Honda como Ducati y KTM cuentan, al menos, con un equipo cliente (dos motos más) aparte del oficial, mientras que Suzuki solo tenía a dos monturas.
El proyecto, sin embargo, ya empezó a tambalearse nada más ganar el Mundial en 2020. El primer título desde el año 2000, cuando lo logró el histórico Kenny Roberts Jr., tuvo entre sus primeras consecuencias que Davide Brivio dejara el equipo para irse a la Fórmula 1 con Fernando Alonso en Alpine. Aunque su cargo nunca quedó claro y su importancia fue relativa, queda claro que algo no iba bien si el jefe de equipo era el primero en abandonar el barco.
El fichaje de Livio Suppo (jefe en los años gloriosos con Ducati y Honda) para este 2022 parecía haber paliado esa ausencia, y de hecho una de sus principales responsabilidades era pensar en el futuro de sus actuales pilotos. Tanto Mir como Rins terminan contrato a finales de esta temporada y parecía que ambos iban a renovar, pero la decisión de la marca de cortar su presencia en MotoGP lo ha cambiado todo.
Pol Espargaró, una de las víctimas colaterales
Álex Rins y Joan Mir están muy bien considerados en el paddock, pero los huecos son los que son. La marcha de Suzuki se produce con meses de margen y aún habrá muchas negociaciones por delante, pero los rumores no se han hecho esperar.
Según Motorsport.com, que es el medio que adelantó la noticia de la espantada del equipo, Mir lo tiene relativamente hecho. El campeón de 2020 está hablando ya con Honda para subirse al equipo oficial y formar dupla con Marc Márquez, lo que inequívocamente mandaría a Pol Espargaró fuera, bien al equipo cliente, el LCR, bien a otra estructura. En cambio, para Rins el horizonte está mucho menos claro.
Ahora mismo, el piloto barcelonés tiene que ‘ligarse’ a los jefes de las estructuras que pueden tener algún asiento disponible. La adaptación de Maverick Viñales en Aprilia no está siendo la esperada, por ejemplo, y Franco Morbidelli tampoco está dando la talla en Yamaha… Son solo dos posibilidades, pero ahora mismo Rins es el líder de Suzuki e, irónicamente, el que más problemas tiene para encontrar un destino.

Las consecuencias de la espantada de Suzuki del Mundial de MotoGP: afecta, entre otros, a Marc Márquez

El Mundial de motociclismo ha recibido un duro revés. Suzuki filtró durante los test disputados en Jerez después del GP de España que esta iba a ser su última temporada en MotoGP, sin dar muchos más motivos que los económicos. Aunque se encuentran en un momento más que decente de competitividad, han decidido que 2022 será su última campaña. No es la primera espantada que pegan. En 2012 ya se fueron para regresar tres años después, y en 2020 lograron un memorable campeonato gracias a Joan Mir. Poco a poco se han asentado en las posiciones de honor, pero desde Japón han decidido cortar el programa. Tanto Rins, que ha sumado ya dos podios en lo que va de temporada, como el propio Mir se sienten en condiciones de continuar, pero ahora tendrán que buscarse la vida en una parrilla en la que los huecos están muy contados, más aún en equipos competitivos. Esta es solo una consecuencia de las muchas que puede tener la marcha de Suzuki. Un proyecto que hizo aguas nada más ganar La marca de Hamamatsu no era, ni mucho menos, de las protagonistas en el paddock. No porque sus pilotos no estuvieran en la delantera, sino por una cuestión numérica. Tanto Honda como Ducati y KTM cuentan, al menos, con un equipo cliente (dos motos más) aparte del oficial, mientras que Suzuki solo tenía a dos monturas. El proyecto, sin embargo, ya empezó a tambalearse nada más ganar el Mundial en 2020. El primer título desde el año 2000, cuando lo logró el histórico Kenny Roberts Jr., tuvo entre sus primeras consecuencias que Davide Brivio dejara el equipo para irse a la Fórmula 1 con Fernando Alonso en Alpine. Aunque su cargo nunca quedó claro y su importancia fue relativa, queda claro que algo no iba bien si el jefe de equipo era el primero en abandonar el barco. El fichaje de Livio Suppo (jefe en los años gloriosos con Ducati y Honda) para este 2022 parecía haber paliado esa ausencia, y de hecho una de sus principales responsabilidades era pensar en el futuro de sus actuales pilotos. Tanto Mir como Rins terminan contrato a finales de esta temporada y parecía que ambos iban a renovar, pero la decisión de la marca de cortar su presencia en MotoGP lo ha cambiado todo. Pol Espargaró, una de las víctimas colaterales Álex Rins y Joan Mir están muy bien considerados en el paddock, pero los huecos son los que son. La marcha de Suzuki se produce con meses de margen y aún habrá muchas negociaciones por delante, pero los rumores no se han hecho esperar. Según Motorsport.com, que es el medio que adelantó la noticia de la espantada del equipo, Mir lo tiene relativamente hecho. El campeón de 2020 está hablando ya con Honda para subirse al equipo oficial y formar dupla con Marc Márquez, lo que inequívocamente mandaría a Pol Espargaró fuera, bien al equipo cliente, el LCR, bien a otra estructura. En cambio, para Rins el horizonte está mucho menos claro. Ahora mismo, el piloto barcelonés tiene que 'ligarse' a los jefes de las estructuras que pueden tener algún asiento disponible. La adaptación de Maverick Viñales en Aprilia no está siendo la esperada, por ejemplo, y Franco Morbidelli tampoco está dando la talla en Yamaha... Son solo dos posibilidades, pero ahora mismo Rins es el líder de Suzuki e, irónicamente, el que más problemas tiene para encontrar un destino.

El Mundial de motociclismo ha recibido un duro revés. Suzuki filtró durante los test disputados en Jerez después del GP de España que esta iba a ser su última temporada en MotoGP, sin dar muchos más motivos que los económicos. Aunque se encuentran en un momento más que decente de competitividad, han decidido que 2022 será su última campaña.

No es la primera espantada que pegan. En 2012 ya se fueron para regresar tres años después, y en 2020 lograron un memorable campeonato gracias a Joan Mir. Poco a poco se han asentado en las posiciones de honor, pero desde Japón han decidido cortar el programa.

Tanto Rins, que ha sumado ya dos podios en lo que va de temporada, como el propio Mir se sienten en condiciones de continuar, pero ahora tendrán que buscarse la vida en una parrilla en la que los huecos están muy contados, más aún en equipos competitivos. Esta es solo una consecuencia de las muchas que puede tener la marcha de Suzuki.

Un proyecto que hizo aguas nada más ganar

La marca de Hamamatsu no era, ni mucho menos, de las protagonistas en el paddock. No porque sus pilotos no estuvieran en la delantera, sino por una cuestión numérica. Tanto Honda como Ducati y KTM cuentan, al menos, con un equipo cliente (dos motos más) aparte del oficial, mientras que Suzuki solo tenía a dos monturas.

El proyecto, sin embargo, ya empezó a tambalearse nada más ganar el Mundial en 2020. El primer título desde el año 2000, cuando lo logró el histórico Kenny Roberts Jr., tuvo entre sus primeras consecuencias que Davide Brivio dejara el equipo para irse a la Fórmula 1 con Fernando Alonso en Alpine. Aunque su cargo nunca quedó claro y su importancia fue relativa, queda claro que algo no iba bien si el jefe de equipo era el primero en abandonar el barco.

El fichaje de Livio Suppo (jefe en los años gloriosos con Ducati y Honda) para este 2022 parecía haber paliado esa ausencia, y de hecho una de sus principales responsabilidades era pensar en el futuro de sus actuales pilotos. Tanto Mir como Rins terminan contrato a finales de esta temporada y parecía que ambos iban a renovar, pero la decisión de la marca de cortar su presencia en MotoGP lo ha cambiado todo.

Pol Espargaró, una de las víctimas colaterales

Álex Rins y Joan Mir están muy bien considerados en el paddock, pero los huecos son los que son. La marcha de Suzuki se produce con meses de margen y aún habrá muchas negociaciones por delante, pero los rumores no se han hecho esperar.

Según Motorsport.com, que es el medio que adelantó la noticia de la espantada del equipo, Mir lo tiene relativamente hecho. El campeón de 2020 está hablando ya con Honda para subirse al equipo oficial y formar dupla con Marc Márquez, lo que inequívocamente mandaría a Pol Espargaró fuera, bien al equipo cliente, el LCR, bien a otra estructura. En cambio, para Rins el horizonte está mucho menos claro.

Ahora mismo, el piloto barcelonés tiene que ‘ligarse’ a los jefes de las estructuras que pueden tener algún asiento disponible. La adaptación de Maverick Viñales en Aprilia no está siendo la esperada, por ejemplo, y Franco Morbidelli tampoco está dando la talla en Yamaha… Son solo dos posibilidades, pero ahora mismo Rins es el líder de Suzuki e, irónicamente, el que más problemas tiene para encontrar un destino.