Las placas del Paseo de Leyendas del Atlético, un homenaje que se convirtió en un problema

Arrancan la placa de Thibaut Courtois del Paseo de Leyendas del Wanda Metropolitano y el portero responde con un tweet.

Las placas del Paseo de Leyendas del Atlético, un homenaje que se convirtió en un problema

Arrancan la placa de Thibaut Courtois del Paseo de Leyendas del Wanda Metropolitano y el portero responde con un tweet.

Cuando el Atlético de Madrid se mudó del Vicente Calderón al Wanda Metropolitano causó una gran conmoción entre la afición rojiblanca. El arraigo con el ya desaparecido feudo del Manzanares era absoluto, y el recuerdo de viejas gestas y futbolistas que defendieron el escudo (que también se cambió) colchonero hizo que muchos rechazasen de manera expresa el nuevo rumbo del club.

Para paliar ese descontento, en el Atlético pensaron en una idea que uniese su pasado con el futuro que presumían prometedor: un Paseo de Leyendas.

En uno de los laterales del Wanda se colocaron una serie de placas que recordasen el paso de futbolistas que vistieron su camiseta. El problema es que el baremo para considerar a un jugador «leyenda» es muy subjetivo, por lo que decidieron poner un número: todo futbolista que llegue a los 100 partidos con el Atlético de Madrid tendría su reconocimiento en este Paseo.

Y aquí es donde radica el problema. Solo en dos temporadas de Liga, un futbolista puede superar dos tercios de ese objetivo (76 partidos si juegan todo), lo que unido a competiciones como la Copa del Rey, la Champions o la Europa League, hace que los 100 sean una cifra relativamente factible.

En el pasado no era nada sencillo llegar, así que hay contrastes muy fuertes. Mitos como Vavá (81), Leivinha (93), ‘Pechuga’ San Román (70), Panadero Díaz (88) o el más reciente Falcao (91) no cuentan con su justo reconocimiento en ese Paseo de Leyendas porque no jugaron 100 partidos. Incluso Luis Suárez, que deja el Atlético esta temporada, merecería un huevo ahí por su vital aportación a la última Liga conquistada… y no lo tendrá porque ha jugado ‘solo’ 83 encuentros.

En cambio sí lo tienen jugadores como Thomas Partey, actualmente en el Arsenal, Lucas Hernández, en el Milan, o Marcos Llorente y Renan Lodi, como quien dice dos recién llegados a la historia del Atlético de Madrid. Especialmente doloroso para la afición rojiblanca, y en especial para el sector más agresivo del Frente Atlético, es ver en ese Paseo de Leyendas a jugadores que cambiaron sus colores por los del eterno enemigo, el Real Madrid, caso de históricos como Hugo Sánchez o el proclamado MVP de la última final de la Champions League.

Lo ocurrido con Thibaut Courtois, es elocuente: el portero del recién proclamado campeón de Europa dijo que ahora está «en el lado bueno de la historia», ya que fue uno de los que perdió la final de la Champions de 2014 en Milán… con el que ahora es su equipo. La reacción de un sector de la afición del Atlético fue arrancar la placa y tirarla, aunque el club la repuso solo un día después.

Solo hay un caso reciente de un viejo ‘enemigo’ al que perdonaron: Antoine Griezmann. El francés dejó el Atlético en 2019 por el Barcelona después de varios años de tonteo con los blaugrana. Dos temporadas después, regresó con el rabo entre las piernas y tuvo que ganarse el perdón de la que fue su grada, que nunca le perdonó las formas elegidas para anunciar su fichaje por el club catalán.

En esos dos años, cada partido que jugó el Barcelona en el Metropolitano sirvió para que los hinchas rojiblancos mostrasen su odio al delantero que aplaudieron antes y ahora. Su placa, como ha ocurrido con la de Courtois, también fue vandalizada. La diferencia es que ahora no parece nada probable que el portero belga deje el club madridista por regresar al equipo donde triunfó por primera vez.