Los Lakers se quedan sin playoffs: ni toda una pléyade de estrellas puede evitar un batacazo histórico y monumental
Era la crónica de una muerte anunciada. Desde hace tiempo era cuestión de tiempo escuchar el sonoro trastazo de Los Angeles Lakers y llegó la derrota ante los Phoenix Suns. Alguno cataloga la temporada del conjunto californiano como estrepitoso fracaso, y no se equivoca. Se hablará de ello durante años.
El reputado periodista NBA Gonzalo Vázquez lo definió en Twitter de una forma brillante. «Hasta aquí ha llegado el peor Frankenstein que recuerdo. La temporada Lakers es la prueba más rotunda de que al baloncesto no se le engaña fácilmente». Ni al baloncesto, ni a sus aficionados.
Los Lakers ya intentaron montar un ‘súper equipo’ con el que alcanzar el éxito de un día para otro y salió mal. Hablamos de la temporada 2003-04, cuando se juntaron Kobe Bryant, Shaquille O’Neal, Karl Malone y Gary Payton. Un plantel que llegó hasta las Finales pero acabó hincando la rodilla ante unos Detroit Pistons mucho más equipo. No aprendieron nada.
Han pasado los años y los Lakers han vuelto a cometer el mismo error. LeBron James, Anthony Davis, Russell Westbrook, Carmelo Anthony, Dwight Howard… Una plantilla llena de estrellas, en la que a principio de temporada estaban también Rajon Rondo y DeAndre Jordan, pero en la que faltó química y mentalidad ganadora. Eso sí, de exceso de confianza y presunción iban sobrados y ahora todo son excusas y lamentos tardíos y vacíos.
El equipo y sus fans verán los Playoffs 2022 por televisión y, por mucho que se intente justificar el batacazo, eso duelo. «Estamos decepcionados, pero no hubo falta de compromiso. Hemos trabajado mucho, pero estamos eliminados y estamos decepcionados ahora mismo», comentó el entrenador Frank Vogel con el cadáver aún caliente. «Si LeBron James y Anthony Davis hubieran jugado quince partidos juntos, habríamos tenido un año parecido a 2020». Con la diferencia de que en aquel momento si que hubo lo necesario para llevarse el título.
Este año, al contrario que en 2020, las sonrisas han dejado paso a las miradas acusadoras, aunque alguno no quiera ver que van dirigidas hacia él. «Pasaron muchas cosas este año, pero personalmente no me gusta apuntar con el dedo», declaró Russell Westbrook tras el drama de no haber entrado en playoffs. Precisamente él no está en posición de señalar a nadie después de la joyita de temporada que se ha marcado.
Y es que LeBron James, posiblemente en la que haya sido su última temporada a este nivel tan espectacular pese a la edad, nunca llegó a conectar con Westbrook en el terreno de juego. Resultaron ser mucho más incompatibles de lo que cualquiera hubiese adivinado y el bajón de juego de Russell sólo ha servido para lastrar más aún esta sociedad.
Ahora es momento de sentarse, tomar aire y asimilar lo sucedido. Da igual cuánto tiempo lleve, siempre que sea el necesario para no volver a engañar. «Debemos reflexionar, debemos pensar en esto. Pero no tengo respuestas ahora, quizás la próxima semana, pero ahora no tengo respuestas», explicó Carmelo Anthony tras el fiasco. «Siempre hubo presión sobre este equipo, pero todo depende de cómo respondes a eso. No conseguimos el objetivo». Dejarse de excusas es un buen comienzo.
Era la crónica de una muerte anunciada. Desde hace tiempo era cuestión de tiempo escuchar el sonoro trastazo de Los Angeles Lakers y llegó la derrota ante los Phoenix Suns. Alguno cataloga la temporada del conjunto californiano como estrepitoso fracaso, y no se equivoca. Se hablará de ello durante años.
El reputado periodista NBA Gonzalo Vázquez lo definió en Twitter de una forma brillante. «Hasta aquí ha llegado el peor Frankenstein que recuerdo. La temporada Lakers es la prueba más rotunda de que al baloncesto no se le engaña fácilmente». Ni al baloncesto, ni a sus aficionados.
Los Lakers ya intentaron montar un ‘súper equipo’ con el que alcanzar el éxito de un día para otro y salió mal. Hablamos de la temporada 2003-04, cuando se juntaron Kobe Bryant, Shaquille O’Neal, Karl Malone y Gary Payton. Un plantel que llegó hasta las Finales pero acabó hincando la rodilla ante unos Detroit Pistons mucho más equipo. No aprendieron nada.
Han pasado los años y los Lakers han vuelto a cometer el mismo error. LeBron James, Anthony Davis, Russell Westbrook, Carmelo Anthony, Dwight Howard… Una plantilla llena de estrellas, en la que a principio de temporada estaban también Rajon Rondo y DeAndre Jordan, pero en la que faltó química y mentalidad ganadora. Eso sí, de exceso de confianza y presunción iban sobrados y ahora todo son excusas y lamentos tardíos y vacíos.
El equipo y sus fans verán los Playoffs 2022 por televisión y, por mucho que se intente justificar el batacazo, eso duelo. «Estamos decepcionados, pero no hubo falta de compromiso. Hemos trabajado mucho, pero estamos eliminados y estamos decepcionados ahora mismo», comentó el entrenador Frank Vogel con el cadáver aún caliente. «Si LeBron James y Anthony Davis hubieran jugado quince partidos juntos, habríamos tenido un año parecido a 2020». Con la diferencia de que en aquel momento si que hubo lo necesario para llevarse el título.
Este año, al contrario que en 2020, las sonrisas han dejado paso a las miradas acusadoras, aunque alguno no quiera ver que van dirigidas hacia él. «Pasaron muchas cosas este año, pero personalmente no me gusta apuntar con el dedo», declaró Russell Westbrook tras el drama de no haber entrado en playoffs. Precisamente él no está en posición de señalar a nadie después de la joyita de temporada que se ha marcado.
Y es que LeBron James, posiblemente en la que haya sido su última temporada a este nivel tan espectacular pese a la edad, nunca llegó a conectar con Westbrook en el terreno de juego. Resultaron ser mucho más incompatibles de lo que cualquiera hubiese adivinado y el bajón de juego de Russell sólo ha servido para lastrar más aún esta sociedad.
Ahora es momento de sentarse, tomar aire y asimilar lo sucedido. Da igual cuánto tiempo lleve, siempre que sea el necesario para no volver a engañar. «Debemos reflexionar, debemos pensar en esto. Pero no tengo respuestas ahora, quizás la próxima semana, pero ahora no tengo respuestas», explicó Carmelo Anthony tras el fiasco. «Siempre hubo presión sobre este equipo, pero todo depende de cómo respondes a eso. No conseguimos el objetivo». Dejarse de excusas es un buen comienzo.