Marcelo e Isco, la pareja que cambió la historia (reciente) del Real Madrid

La historia reciente del Real Madrid no se puede entender sin las figuras de Marcelo Viera y de Isco Alarcón. Su trayectoria habla por sí misma, aunque ambos protagonizan un momento especial, que marcó el devenir del equipo blanco y fue el principio de la hegemonía madridista en la Champions durante la última década: el momento en el que entraron al campo en la final de 2014 ante el Atlético para darle un vuelco al partido y cambiar su destino.
En torno a las 22.15 horas de la noche del 24 de mayo de 2014, en la final de la Liga de Campeones de Lisboa, Carlo Ancelotti metió en el campo a Isco y Marcelo para tratar de darle la vuelta a una final que dominaba el Atleti por 0-1. Su entrada al campo modificó radicalmente el encuentro, que pasó a ser de dominio absoluto de los madridistas, que generaron una ocasión tras otra hasta el córner en el que Sergio Ramos empató en el minuto 93. Fue el comienzo de la tiranía blanca en Europa, con cuatro títulos en cinco años y otro más en este. Sin el malagueño y el brasileño, quién sabe lo que hubiera pasado.
La despedida de Marcelo fue perfecta. Quería seguir un año más, pero el club no le ofreció la renovación. Sin embargo, su adiós fue absolutamente ejemplar, sin un reproche por parte del brasileño tras más de 15 años en el equipo blanco, del que se va como capitán y tras ganar una Champions más, la quinta en su palmarés. Y casi más importante, con el agradecimiento y cariño unánime del Bernabéu.
En la fiesta de celebración en el coliseo madridista, Marcelo entró con la Orejona y acabó entre lágrimas y de rodillas en señal de agradecimiento. «Cierro un ciclo aquí. No es un día de tristeza, es de alegría. Estoy muy orgulloso de mí, gracias por las noches mágicas que hemos vivido aquí. El futuro del Madrid está muy bien con los jóvenes», dijo. Sus compañeros fueron a por él y se fundieron todos en un sentido abrazo de despedida.
Cierro un ciclo. No es un día de tristeza, es de alegría. Estoy muy orgulloso de mí
Con Isco, no había ninguna duda de que abandonaría el equipo tras apenas contar para Ancelotti. El malagueño también tuvo un adiós ejemplar, con un emotivo mensaje en sus redes. «Recuerdo decirle a mi gente que el Madrid lleva muchos años sin ganar la Champions y presiento que está al caer y llegó la Décima. Todo lo que viene después ya es historia. Nueve años más tarde, acaba mi etapa en el club que ha hecho posible que cumpla todos los sueños que tenía cuando era pequeño», recordó el genial jugador malagueño, clave en las Champions logradas en 2014, 16, 17 y 18, pero que en esta no ha jugado ni un minuto.
«Aparte de cumplir sueños, ganar más títulos de los que había imaginado, jugar con los más grandes, conocer gente increíble, me lo he pasado de puta madre y que me quiten lo bailao. Me quedo con lo bueno y espero que ustedes también lo hagan», relató.
También encontró espacio para el humor. «Cuando estaba en el Málaga y sabía que me tenía que ir, me comprometí con otro equipo. Pero llamó a mi puerta el Real Madrid y al Real Madrid no se le puede ni se le debe decir que no, aunque siempre hay excepciones», escribió junto a un icono de una tortuga, en referencia a Kylian Mbappé.
«Quiero agradecer a compañeros, entrenadores, cuerpo técnico, fisios, utilleros, trabajadores de Valdebebas y Santiago Bernabéu todo el trabajo, cariño y apoyo que todo el mundo necesita y que a mí nunca me ha faltado», finalizó un jugador que también se ha ganado el cariño de la afición madridista.

Marcelo e Isco, la pareja que cambió la historia (reciente) del Real Madrid

La historia reciente del Real Madrid no se puede entender sin las figuras de Marcelo Viera y de Isco Alarcón. Su trayectoria habla por sí misma, aunque ambos protagonizan un momento especial, que marcó el devenir del equipo blanco y fue el principio de la hegemonía madridista en la Champions durante la última década: el momento en el que entraron al campo en la final de 2014 ante el Atlético para darle un vuelco al partido y cambiar su destino. En torno a las 22.15 horas de la noche del 24 de mayo de 2014, en la final de la Liga de Campeones de Lisboa, Carlo Ancelotti metió en el campo a Isco y Marcelo para tratar de darle la vuelta a una final que dominaba el Atleti por 0-1. Su entrada al campo modificó radicalmente el encuentro, que pasó a ser de dominio absoluto de los madridistas, que generaron una ocasión tras otra hasta el córner en el que Sergio Ramos empató en el minuto 93. Fue el comienzo de la tiranía blanca en Europa, con cuatro títulos en cinco años y otro más en este. Sin el malagueño y el brasileño, quién sabe lo que hubiera pasado. La despedida de Marcelo fue perfecta. Quería seguir un año más, pero el club no le ofreció la renovación. Sin embargo, su adiós fue absolutamente ejemplar, sin un reproche por parte del brasileño tras más de 15 años en el equipo blanco, del que se va como capitán y tras ganar una Champions más, la quinta en su palmarés. Y casi más importante, con el agradecimiento y cariño unánime del Bernabéu. En la fiesta de celebración en el coliseo madridista, Marcelo entró con la Orejona y acabó entre lágrimas y de rodillas en señal de agradecimiento. "Cierro un ciclo aquí. No es un día de tristeza, es de alegría. Estoy muy orgulloso de mí, gracias por las noches mágicas que hemos vivido aquí. El futuro del Madrid está muy bien con los jóvenes", dijo. Sus compañeros fueron a por él y se fundieron todos en un sentido abrazo de despedida. Cierro un ciclo. No es un día de tristeza, es de alegría. Estoy muy orgulloso de mí Con Isco, no había ninguna duda de que abandonaría el equipo tras apenas contar para Ancelotti. El malagueño también tuvo un adiós ejemplar, con un emotivo mensaje en sus redes. "Recuerdo decirle a mi gente que el Madrid lleva muchos años sin ganar la Champions y presiento que está al caer y llegó la Décima. Todo lo que viene después ya es historia. Nueve años más tarde, acaba mi etapa en el club que ha hecho posible que cumpla todos los sueños que tenía cuando era pequeño", recordó el genial jugador malagueño, clave en las Champions logradas en 2014, 16, 17 y 18, pero que en esta no ha jugado ni un minuto. "Aparte de cumplir sueños, ganar más títulos de los que había imaginado, jugar con los más grandes, conocer gente increíble, me lo he pasado de puta madre y que me quiten lo bailao. Me quedo con lo bueno y espero que ustedes también lo hagan", relató. También encontró espacio para el humor. "Cuando estaba en el Málaga y sabía que me tenía que ir, me comprometí con otro equipo. Pero llamó a mi puerta el Real Madrid y al Real Madrid no se le puede ni se le debe decir que no, aunque siempre hay excepciones", escribió junto a un icono de una tortuga, en referencia a Kylian Mbappé. "Quiero agradecer a compañeros, entrenadores, cuerpo técnico, fisios, utilleros, trabajadores de Valdebebas y Santiago Bernabéu todo el trabajo, cariño y apoyo que todo el mundo necesita y que a mí nunca me ha faltado", finalizó un jugador que también se ha ganado el cariño de la afición madridista.

La historia reciente del Real Madrid no se puede entender sin las figuras de Marcelo Viera y de Isco Alarcón. Su trayectoria habla por sí misma, aunque ambos protagonizan un momento especial, que marcó el devenir del equipo blanco y fue el principio de la hegemonía madridista en la Champions durante la última década: el momento en el que entraron al campo en la final de 2014 ante el Atlético para darle un vuelco al partido y cambiar su destino.

En torno a las 22.15 horas de la noche del 24 de mayo de 2014, en la final de la Liga de Campeones de Lisboa, Carlo Ancelotti metió en el campo a Isco y Marcelo para tratar de darle la vuelta a una final que dominaba el Atleti por 0-1. Su entrada al campo modificó radicalmente el encuentro, que pasó a ser de dominio absoluto de los madridistas, que generaron una ocasión tras otra hasta el córner en el que Sergio Ramos empató en el minuto 93. Fue el comienzo de la tiranía blanca en Europa, con cuatro títulos en cinco años y otro más en este. Sin el malagueño y el brasileño, quién sabe lo que hubiera pasado.

La despedida de Marcelo fue perfecta. Quería seguir un año más, pero el club no le ofreció la renovación. Sin embargo, su adiós fue absolutamente ejemplar, sin un reproche por parte del brasileño tras más de 15 años en el equipo blanco, del que se va como capitán y tras ganar una Champions más, la quinta en su palmarés. Y casi más importante, con el agradecimiento y cariño unánime del Bernabéu.

En la fiesta de celebración en el coliseo madridista, Marcelo entró con la Orejona y acabó entre lágrimas y de rodillas en señal de agradecimiento. «Cierro un ciclo aquí. No es un día de tristeza, es de alegría. Estoy muy orgulloso de mí, gracias por las noches mágicas que hemos vivido aquí. El futuro del Madrid está muy bien con los jóvenes», dijo. Sus compañeros fueron a por él y se fundieron todos en un sentido abrazo de despedida.

Cierro un ciclo. No es un día de tristeza, es de alegría. Estoy muy orgulloso de mí

Con Isco, no había ninguna duda de que abandonaría el equipo tras apenas contar para Ancelotti. El malagueño también tuvo un adiós ejemplar, con un emotivo mensaje en sus redes. «Recuerdo decirle a mi gente que el Madrid lleva muchos años sin ganar la Champions y presiento que está al caer y llegó la Décima. Todo lo que viene después ya es historia. Nueve años más tarde, acaba mi etapa en el club que ha hecho posible que cumpla todos los sueños que tenía cuando era pequeño», recordó el genial jugador malagueño, clave en las Champions logradas en 2014, 16, 17 y 18, pero que en esta no ha jugado ni un minuto.

«Aparte de cumplir sueños, ganar más títulos de los que había imaginado, jugar con los más grandes, conocer gente increíble, me lo he pasado de puta madre y que me quiten lo bailao. Me quedo con lo bueno y espero que ustedes también lo hagan», relató.

También encontró espacio para el humor. «Cuando estaba en el Málaga y sabía que me tenía que ir, me comprometí con otro equipo. Pero llamó a mi puerta el Real Madrid y al Real Madrid no se le puede ni se le debe decir que no, aunque siempre hay excepciones», escribió junto a un icono de una tortuga, en referencia a Kylian Mbappé.

«Quiero agradecer a compañeros, entrenadores, cuerpo técnico, fisios, utilleros, trabajadores de Valdebebas y Santiago Bernabéu todo el trabajo, cariño y apoyo que todo el mundo necesita y que a mí nunca me ha faltado», finalizó un jugador que también se ha ganado el cariño de la afición madridista.