Más vale tarde que nunca: Leo Messi vuelve a renacer en París
Ha necesitado un año entero de adaptación a París, tras toda una vida asentado en Barcelona, pero el argentino Lionel Messi vuelve a ser el jugador decisivo que durante años deslumbró al mundo con un genio que la pasada temporada parecía haber perdido.
El exbarcelonista ha recobrado la sonrisa, la chispa en su juego y el toque decisivo que le han llevado a ser la pieza clave del inicio de temporada del París Saint-Germain, algo difícil de imaginar tras la pasada campaña, tan mediocre que le dejó fuera de la pelea por el Balón de Oro por vez primera en 16 años.
Un reflejo del bajo rendimiento del hombre que atesora siete veces ese galardón que, en los tres últimos lustros, ha vivido vinculado a su figura.
Pero ahora, Messi está viviendo un renacimiento a sus 35 años, deseoso de demostrar que, en un año marcado por el Mundial de Catar, los agoreros que se obstinaron en enterrarle fueron demasiado rápidos.
Adaptación difícil
El propio jugador confiesa que se siente mejor, que ha dejado atrás un duro periodo de adaptación a una nueva ciudad, un nuevo país, un nuevo club y un nuevo idioma, demasiados cambios que le desorientaron la pasada campaña.
Algo que no pasó desapercibido a la grada, que llegó a silbarle pese a la estatura de su currículum, ni a muchos observadores, que señalaron que el PSG había fichado a un jugador al borde de la jubilación.
Messi ha construido en París el ambiente tranquilo y familiar que tenía en Barcelona. Tras meses viviendo en un hotel, encontró finalmente una residencia en el exclusivo municipio de Neuilly y esa serenidad se ha traducido en el terreno de juego.
El argentino, el tercer jugador más veterano de la plantilla, solo superado por el español Sergio Ramos y por el costarricense Keylor Navas, se ha convertido en la pieza maestra del esquema del técnico, Christophe Galtier.
Una pieza imprescindible
Es el único futbolista que ha participado como titular en los doce partidos oficiales disputados por el equipo, el único que supera los 1.000 minutos de juego.
Además, suma ya siete goles -el pasado fin de semana consiguió el primero de falta con el PSG- y ocho asistencias, mientras que el año pasado, a estas alturas, solo había conseguido una diana.
«Estoy más cómodo en el club, en el vestuario y en el campo», aseguraba recientemente el futbolista.
Hace apenas unos meses, su futuro era incierto. El PSG solo suspiraba por mantener a Kylian Mbappé, olvidando que contaba en su plantilla con el jugador más brillante de los últimos años.
Ahora, la grada ha recuperado la ilusión y en el club aplauden que Messi recuerde al del Barça.
El director deportivo, Luis Campos, señalaba en una entrevista a la radio RMC estar «muy satisfecho con Leo» e, incluso, haberle sugerido quedarse más tiempo en el club.
Tras su tumultuosa salida del Barça en el verano de 2021, el jugador firmó por dos temporadas más una tercera en opción.
Según publica este lunes el diario Le Parisien, que cita fuentes de su entorno, por ahora no ha recibido ninguna propuesta oficial para seguir.
El reto del Mundial
Pero el argentino, que también ha recuperado una buena versión con su selección, a menos de dos meses del inicio del Mundial, parece haber encontrado en la capital francesa el contexto que le permite volver a brillar.
Galtier tiene claro que cuenta en su arsenal con un cartucho capaz de marcar la diferencia y que, en su mejor forma, Messi no tiene límites.
«Tiene una relación con sus compañeros que me hace pensar que está feliz y cuando Messi está feliz tiene un gran rendimiento», aseguraba el pasado sábado el entrenador, convencido de que el argentino «puede volver al nivel que ha tenido a lo largo de su carrera»
Ha necesitado un año entero de adaptación a París, tras toda una vida asentado en Barcelona, pero el argentino Lionel Messi vuelve a ser el jugador decisivo que durante años deslumbró al mundo con un genio que la pasada temporada parecía haber perdido.
El exbarcelonista ha recobrado la sonrisa, la chispa en su juego y el toque decisivo que le han llevado a ser la pieza clave del inicio de temporada del París Saint-Germain, algo difícil de imaginar tras la pasada campaña, tan mediocre que le dejó fuera de la pelea por el Balón de Oro por vez primera en 16 años.
Un reflejo del bajo rendimiento del hombre que atesora siete veces ese galardón que, en los tres últimos lustros, ha vivido vinculado a su figura.
Pero ahora, Messi está viviendo un renacimiento a sus 35 años, deseoso de demostrar que, en un año marcado por el Mundial de Catar, los agoreros que se obstinaron en enterrarle fueron demasiado rápidos.
Adaptación difícil
El propio jugador confiesa que se siente mejor, que ha dejado atrás un duro periodo de adaptación a una nueva ciudad, un nuevo país, un nuevo club y un nuevo idioma, demasiados cambios que le desorientaron la pasada campaña.
Algo que no pasó desapercibido a la grada, que llegó a silbarle pese a la estatura de su currículum, ni a muchos observadores, que señalaron que el PSG había fichado a un jugador al borde de la jubilación.
Messi ha construido en París el ambiente tranquilo y familiar que tenía en Barcelona. Tras meses viviendo en un hotel, encontró finalmente una residencia en el exclusivo municipio de Neuilly y esa serenidad se ha traducido en el terreno de juego.
El argentino, el tercer jugador más veterano de la plantilla, solo superado por el español Sergio Ramos y por el costarricense Keylor Navas, se ha convertido en la pieza maestra del esquema del técnico, Christophe Galtier.
Una pieza imprescindible
Es el único futbolista que ha participado como titular en los doce partidos oficiales disputados por el equipo, el único que supera los 1.000 minutos de juego.
Además, suma ya siete goles -el pasado fin de semana consiguió el primero de falta con el PSG- y ocho asistencias, mientras que el año pasado, a estas alturas, solo había conseguido una diana.
«Estoy más cómodo en el club, en el vestuario y en el campo», aseguraba recientemente el futbolista.
Hace apenas unos meses, su futuro era incierto. El PSG solo suspiraba por mantener a Kylian Mbappé, olvidando que contaba en su plantilla con el jugador más brillante de los últimos años.
Ahora, la grada ha recuperado la ilusión y en el club aplauden que Messi recuerde al del Barça.
El director deportivo, Luis Campos, señalaba en una entrevista a la radio RMC estar «muy satisfecho con Leo» e, incluso, haberle sugerido quedarse más tiempo en el club.
Tras su tumultuosa salida del Barça en el verano de 2021, el jugador firmó por dos temporadas más una tercera en opción.
Según publica este lunes el diario Le Parisien, que cita fuentes de su entorno, por ahora no ha recibido ninguna propuesta oficial para seguir.
El reto del Mundial
Pero el argentino, que también ha recuperado una buena versión con su selección, a menos de dos meses del inicio del Mundial, parece haber encontrado en la capital francesa el contexto que le permite volver a brillar.
Galtier tiene claro que cuenta en su arsenal con un cartucho capaz de marcar la diferencia y que, en su mejor forma, Messi no tiene límites.
«Tiene una relación con sus compañeros que me hace pensar que está feliz y cuando Messi está feliz tiene un gran rendimiento«, aseguraba el pasado sábado el entrenador, convencido de que el argentino «puede volver al nivel que ha tenido a lo largo de su carrera»