Nadal, ante su ¿último? Roland Garros: los avisos del ‘rey’ con su preocupante lesión

«Preferiría perder la final y ponerme un pie nuevo», dijo Rafa Nadal en la rueda de prensa previa a la que será su decimocuarta final en Roland Garros, en la que tratará de amarrar su decimocuarto título en la arcilla parisina.
La lesión crónica que sufre en el pie izquierdo ha marcado su vida deportiva en los últimos meses, aunque no le ha impedido, quizá porque es de otro planeta, vencer en el Open de Australia y hacerse fuerte en ‘su’ torneo.
Pese a los buenos resultados, el síndrome de Muller Weiss que le lastra ha sido el protagonista de cada declaración del balear que, haciendo aún más fuerte su capacidad mental, ha optado por vivir al día y no plantearse objetivos a medio plazo, por lo que pueda pasar.
Lo dijo tras ganar a Djokovic en un partido épico, de los mejores que se recuerdan en la historia reciente: cuando el público le pedía que regresara en 2023, él se limitó a decir «os prometo que volveré en dos días», en referencia a la semifinal contra Zverev.
Una semifinal que terminó de forma inesperada por la grave torsión de tobillo del alemán y en la que Nadal iba por delante en un duelo de titanes.
Nadal y la incertidumbre del futuro
Con todo a priori en contra, Nadal buscará su decimocuarta Copa de los Mosqueteros, pero se ha encargado de poner los corazones de sus millones de aficionados en un puño al no poder asegurar que la Philippe Chatrier no vaya a asistir a su último baile con el balear.
Hace apenas dos meses, ni siquiera podía andar y ahora va a luchar por el trofeo, que supondría su vigésimo segundo Gran Slam. Una gesta extraordinaria que, sin embargo, esconde algo de incertidumbre con respecto al futuro: en sus declaraciones se respiran avisos de lo que ninguno queremos escuchar pero se antoja inevitable.
«Cuando acabe Roland Garros lo explicaré», comentó Nadal, sin cerrar la puerta a un adiós para el que nadie está preparado. Conociendo la mente de uno de los mejores, ya no tenistas, sino deportistas de la historia, nadie descarta verle acabar el año en la pista rápida de Nueva York. Ojalá.

Nadal, ante su ¿último? Roland Garros: los avisos del ‘rey’ con su preocupante lesión

"Preferiría perder la final y ponerme un pie nuevo", dijo Rafa Nadal en la rueda de prensa previa a la que será su decimocuarta final en Roland Garros, en la que tratará de amarrar su decimocuarto título en la arcilla parisina. La lesión crónica que sufre en el pie izquierdo ha marcado su vida deportiva en los últimos meses, aunque no le ha impedido, quizá porque es de otro planeta, vencer en el Open de Australia y hacerse fuerte en 'su' torneo. Pese a los buenos resultados, el síndrome de Muller Weiss que le lastra ha sido el protagonista de cada declaración del balear que, haciendo aún más fuerte su capacidad mental, ha optado por vivir al día y no plantearse objetivos a medio plazo, por lo que pueda pasar. Lo dijo tras ganar a Djokovic en un partido épico, de los mejores que se recuerdan en la historia reciente: cuando el público le pedía que regresara en 2023, él se limitó a decir "os prometo que volveré en dos días", en referencia a la semifinal contra Zverev. Una semifinal que terminó de forma inesperada por la grave torsión de tobillo del alemán y en la que Nadal iba por delante en un duelo de titanes. Nadal y la incertidumbre del futuro Con todo a priori en contra, Nadal buscará su decimocuarta Copa de los Mosqueteros, pero se ha encargado de poner los corazones de sus millones de aficionados en un puño al no poder asegurar que la Philippe Chatrier no vaya a asistir a su último baile con el balear. Hace apenas dos meses, ni siquiera podía andar y ahora va a luchar por el trofeo, que supondría su vigésimo segundo Gran Slam. Una gesta extraordinaria que, sin embargo, esconde algo de incertidumbre con respecto al futuro: en sus declaraciones se respiran avisos de lo que ninguno queremos escuchar pero se antoja inevitable. "Cuando acabe Roland Garros lo explicaré", comentó Nadal, sin cerrar la puerta a un adiós para el que nadie está preparado. Conociendo la mente de uno de los mejores, ya no tenistas, sino deportistas de la historia, nadie descarta verle acabar el año en la pista rápida de Nueva York. Ojalá.

«Preferiría perder la final y ponerme un pie nuevo», dijo Rafa Nadal en la rueda de prensa previa a la que será su decimocuarta final en Roland Garros, en la que tratará de amarrar su decimocuarto título en la arcilla parisina.

La lesión crónica que sufre en el pie izquierdo ha marcado su vida deportiva en los últimos meses, aunque no le ha impedido, quizá porque es de otro planeta, vencer en el Open de Australia y hacerse fuerte en ‘su’ torneo.

Pese a los buenos resultados, el síndrome de Muller Weiss que le lastra ha sido el protagonista de cada declaración del balear que, haciendo aún más fuerte su capacidad mental, ha optado por vivir al día y no plantearse objetivos a medio plazo, por lo que pueda pasar.

Lo dijo tras ganar a Djokovic en un partido épico, de los mejores que se recuerdan en la historia reciente: cuando el público le pedía que regresara en 2023, él se limitó a decir «os prometo que volveré en dos días», en referencia a la semifinal contra Zverev.

Una semifinal que terminó de forma inesperada por la grave torsión de tobillo del alemán y en la que Nadal iba por delante en un duelo de titanes.

Nadal y la incertidumbre del futuro

Con todo a priori en contra, Nadal buscará su decimocuarta Copa de los Mosqueteros, pero se ha encargado de poner los corazones de sus millones de aficionados en un puño al no poder asegurar que la Philippe Chatrier no vaya a asistir a su último baile con el balear.

Hace apenas dos meses, ni siquiera podía andar y ahora va a luchar por el trofeo, que supondría su vigésimo segundo Gran Slam. Una gesta extraordinaria que, sin embargo, esconde algo de incertidumbre con respecto al futuro: en sus declaraciones se respiran avisos de lo que ninguno queremos escuchar pero se antoja inevitable.

«Cuando acabe Roland Garros lo explicaré», comentó Nadal, sin cerrar la puerta a un adiós para el que nadie está preparado. Conociendo la mente de uno de los mejores, ya no tenistas, sino deportistas de la historia, nadie descarta verle acabar el año en la pista rápida de Nueva York. Ojalá.