Nadal y su último obstáculo antes de una nueva final de Roland Garros: Zverev, un rival capaz de someterle en tierra batida

Rafa Nadal vuelve a pisar unas semifinales de Roland Garros. Será la quinta de manera consecutiva para él, una costumbre para él. Catorce veces en diecisiete participaciones, números que refrendan el dominio absoluto ejercido en tierras parisinas.
Una vez más, Nadal vuelve a tener el cartel de favorito, más si cabe tras eliminar al número 1 del mundo, Novak Djokovic, en un épico partido que volvió a quedarse en las retinas del espectador. El próximo escollo de Nadal será Alexander Zverev.
El alemán es uno de los grandes referentes de la llamada ‘Next Gen’, el más regular hasta el momento junto Medvedev. Desde el tercer puesto del ranking mira a Nadal por encima en la clasificación.
Zverev, una rivalidad con algún susto que otro
Los enfrentamientos directos entre ambos tenistas deparan una abrumadora ventaja de Nadal en sus duelos, desde que se viesen por primera vez en el Masters 1000 de Indian Wells en 2016.
El balear domina en el cara a cara general en su superficie favorita: tierra batida. Cuatro victorias por una derrota frente al alemán. Un dominio absoluto del que no tiene que confiarse Nadal, ya que su rival sabe lo que es vencerle sobre la arcilla.
Aquel triunfo de Zverev se produjo en las pistas de la Caja Mágica en el Masters 1000 de Madrid, el torneo de tierra que peor le va al español para sus características de juego. Pese a ello, una victoria de prestigio frente al tenista más temible en esas características.
Su camino: una remontada ‘imposible’ y con Alcaraz
Conocido de sobra el duro camino de Nadal, dejando atrás a Novak Djokovic y Felix-Auger Alissime, no tan duro pero si intenso ha sido el ‘Sascha’ Zverev.
También tuvo que recurrir a la tan habitual épica a la que nos tiene acostumbrados Nadal. Fue en su partido de segunda ronda contra Sebastián Báez. El argentino le tuvo contra las cuerdas y le obligó a levantar dos sets en contra en un maratoniano duelo, donde acabó demostrando la pegada de los grandes jugadores.
También fue el verdugo de Carlos Alcaraz y Bernabé Zapata. Los dos últimos españoles que más lejos han llegado en Roland Garros, quitando a Nadal. Especialmente doloroso fue su enfrentamiento frente al murciano, que estuvo a punto de irse al quinto set tras una tardía reacción de Alcaraz y evitó una semifinal completamente española.
A buen recaudo, Zverev llega lanzado, sabedor de los problemas de Nadal en el pie, y con una oportunidad única de coronarse por primera vez como campeón de un Grand Slam.
Un rival contra el que no puede confiarse Nadal si quiere seguir optando a levantar su decimocuarto Roland Garros. Dos partidos más para volver a triunfar en París, pero nada está hecho.

Nadal y su último obstáculo antes de una nueva final de Roland Garros: Zverev, un rival capaz de someterle en tierra batida

Rafa Nadal vuelve a pisar unas semifinales de Roland Garros. Será la quinta de manera consecutiva para él, una costumbre para él. Catorce veces en diecisiete participaciones, números que refrendan el dominio absoluto ejercido en tierras parisinas. Una vez más, Nadal vuelve a tener el cartel de favorito, más si cabe tras eliminar al número 1 del mundo, Novak Djokovic, en un épico partido que volvió a quedarse en las retinas del espectador. El próximo escollo de Nadal será Alexander Zverev. El alemán es uno de los grandes referentes de la llamada 'Next Gen', el más regular hasta el momento junto Medvedev. Desde el tercer puesto del ranking mira a Nadal por encima en la clasificación. Zverev, una rivalidad con algún susto que otro Los enfrentamientos directos entre ambos tenistas deparan una abrumadora ventaja de Nadal en sus duelos, desde que se viesen por primera vez en el Masters 1000 de Indian Wells en 2016. El balear domina en el cara a cara general en su superficie favorita: tierra batida. Cuatro victorias por una derrota frente al alemán. Un dominio absoluto del que no tiene que confiarse Nadal, ya que su rival sabe lo que es vencerle sobre la arcilla. Aquel triunfo de Zverev se produjo en las pistas de la Caja Mágica en el Masters 1000 de Madrid, el torneo de tierra que peor le va al español para sus características de juego. Pese a ello, una victoria de prestigio frente al tenista más temible en esas características. Su camino: una remontada 'imposible' y con Alcaraz Conocido de sobra el duro camino de Nadal, dejando atrás a Novak Djokovic y Felix-Auger Alissime, no tan duro pero si intenso ha sido el 'Sascha' Zverev. También tuvo que recurrir a la tan habitual épica a la que nos tiene acostumbrados Nadal. Fue en su partido de segunda ronda contra Sebastián Báez. El argentino le tuvo contra las cuerdas y le obligó a levantar dos sets en contra en un maratoniano duelo, donde acabó demostrando la pegada de los grandes jugadores. También fue el verdugo de Carlos Alcaraz y Bernabé Zapata. Los dos últimos españoles que más lejos han llegado en Roland Garros, quitando a Nadal. Especialmente doloroso fue su enfrentamiento frente al murciano, que estuvo a punto de irse al quinto set tras una tardía reacción de Alcaraz y evitó una semifinal completamente española. A buen recaudo, Zverev llega lanzado, sabedor de los problemas de Nadal en el pie, y con una oportunidad única de coronarse por primera vez como campeón de un Grand Slam. Un rival contra el que no puede confiarse Nadal si quiere seguir optando a levantar su decimocuarto Roland Garros. Dos partidos más para volver a triunfar en París, pero nada está hecho.

Rafa Nadal vuelve a pisar unas semifinales de Roland Garros. Será la quinta de manera consecutiva para él, una costumbre para él. Catorce veces en diecisiete participaciones, números que refrendan el dominio absoluto ejercido en tierras parisinas.

Una vez más, Nadal vuelve a tener el cartel de favorito, más si cabe tras eliminar al número 1 del mundo, Novak Djokovic, en un épico partido que volvió a quedarse en las retinas del espectador. El próximo escollo de Nadal será Alexander Zverev.

El alemán es uno de los grandes referentes de la llamada ‘Next Gen’, el más regular hasta el momento junto Medvedev. Desde el tercer puesto del ranking mira a Nadal por encima en la clasificación.

Zverev, una rivalidad con algún susto que otro

Los enfrentamientos directos entre ambos tenistas deparan una abrumadora ventaja de Nadal en sus duelos, desde que se viesen por primera vez en el Masters 1000 de Indian Wells en 2016.

El balear domina en el cara a cara general en su superficie favorita: tierra batida. Cuatro victorias por una derrota frente al alemán. Un dominio absoluto del que no tiene que confiarse Nadal, ya que su rival sabe lo que es vencerle sobre la arcilla.

Aquel triunfo de Zverev se produjo en las pistas de la Caja Mágica en el Masters 1000 de Madrid, el torneo de tierra que peor le va al español para sus características de juego. Pese a ello, una victoria de prestigio frente al tenista más temible en esas características.

Su camino: una remontada ‘imposible’ y con Alcaraz

Conocido de sobra el duro camino de Nadal, dejando atrás a Novak Djokovic y Felix-Auger Alissime, no tan duro pero si intenso ha sido el ‘Sascha’ Zverev.

También tuvo que recurrir a la tan habitual épica a la que nos tiene acostumbrados Nadal. Fue en su partido de segunda ronda contra Sebastián Báez. El argentino le tuvo contra las cuerdas y le obligó a levantar dos sets en contra en un maratoniano duelo, donde acabó demostrando la pegada de los grandes jugadores.

También fue el verdugo de Carlos Alcaraz y Bernabé Zapata. Los dos últimos españoles que más lejos han llegado en Roland Garros, quitando a Nadal. Especialmente doloroso fue su enfrentamiento frente al murciano, que estuvo a punto de irse al quinto set tras una tardía reacción de Alcaraz y evitó una semifinal completamente española.

A buen recaudo, Zverev llega lanzado, sabedor de los problemas de Nadal en el pie, y con una oportunidad única de coronarse por primera vez como campeón de un Grand Slam.

Un rival contra el que no puede confiarse Nadal si quiere seguir optando a levantar su decimocuarto Roland Garros. Dos partidos más para volver a triunfar en París, pero nada está hecho.