Paula Badosa lucha contra los elementos en un duro inicio de 2020
Paula Badosa sigue atrapada en el laberinto de la irregularidad. Lo confirmó con su derrota en segunda ronda de Indian Wells ante Elena Rybakina, una piedra difícil de sortear en un camino que ha estado repleto de trampas para la catalana en los últimos meses. Ahora en el puesto 22 del ránking y bajando, la española se encuentra inmersa en una lucha contra los elementos que va más allá de sus posibilidades. El viento sopla en contra en el peor momento.
La versión mostrada por Paula Badosa en este inicio de 2023 no se parece a la que mostró cuando que terminó el curso pasado antes de tiempo, en noviembre, tras un descenso paulatino a los infiernos desde las posiciones más altas de la clasificación. Ha demostrado tener hambre para volver a la cima, pero pese a este cambio de mentalidad, los resultados positivos siguen sin aparecer.
Su arranque en la gira oceánica dejó ver los primeros brotes verdes. Tres victorias consecutivas logró ante Anett Kontaveit, Kaia Kanepi y Beatriz Haddad Maia, una racha que no conseguía desde finales de junio en Wimbledon. Pero su primer revés no tardaría en llegar, pues Badosa no tuvo siquiera opción de saltar a la pista para pelear la semifinal ante Daria Kasatkina, se lo impidió una grave rotura muscular de tres centímetros en el muslo derecho.
La lesión tampoco le permitió tomar partida en el Open de Australia, donde perdió la oportunidad de seguir sumando horas en pista en un momento en el que reconoció estar «con la mentalidad adecuada» para pelear contra las mejores.
Esta determinación se esfumó por completo en su regreso, más tarde de lo previsto por un proceso vírico que la dejó fuera de combate antes de tomar partida en el torneo de Abu Dabi. Otro mazazo consecutivo que volvió a minar las fuerzas de la tenista española nacida en Estados Unidos.
😔 pic.twitter.com/XmZP9b5z7s— Paula Badosa (@paulabadosa) January 14, 2023
Su regreso a las pistas, en Doha, lo emborronó Haddad Maia en un partido que la brasileña aprovechó para tomarse la revancha de Adelaida. Luego llegó Dubai, donde cayó a las primeras de cambio ante Liudmila Samsonova, y poco más larga ha sido su aventura en Indian Wells, donde su euforia por la victoria en primera ronda ante Nuria Párrizas fue trucada por la flamante finalista del primer Grand Slam del año, su amiga y compañera de dobles Elena Rybakina (rank. 10).
Badosa dio la cara ante la kazaja, pero no pudo lograr la gesta ante el duro reto que le planteó el caprichoso sorteo de cuadro. Esta temprana derrota en el torneo en el que tocó la gloria en 2021 prolongará su viaje de descenso en la clasificación. El lunes será la vigésima novena del mundo, posición que corre peligro en las siguientes semanas por la cantidad de puntos a defender: 215 en Miami, 100 en Charleston y 185 en Stuggart.
Las próximas citas del calendario serán, además, una verdadera prueba de fuego para su nuevo entrenador –el cuarto desde 2020–, Joel Cannell, sustituto de Jorge García. Desde la llegada del británico a su box, justo después de la gira por las antípodas, Badosa ha sumado tres derrotas en cuatro partidos, cifras poco alentadoras que no apuntan al esperado resurgir.
Sin demasiado margen en un circuito en que cada torneo aprieta más la zona alta, la española seguirá buscando contra viento y marea la fórmula que la llevó a alcanzar la segunda posición mundial –su mejor marca histórica– hace apenas un año, el 25 de abril de 2022. Un tiempo no demasiado lejano en el que el tenis femenino español celebraba a la vez el avance impasible de la dupla formada por Paula Badosa y Garbiñe Muguruza, sumida ahora en su peor momento deportivo.
Paula Badosa sigue atrapada en el laberinto de la irregularidad. Lo confirmó con su derrota en segunda ronda de Indian Wells ante Elena Rybakina, una piedra difícil de sortear en un camino que ha estado repleto de trampas para la catalana en los últimos meses. Ahora en el puesto 22 del ránking y bajando, la española se encuentra inmersa en una lucha contra los elementos que va más allá de sus posibilidades. El viento sopla en contra en el peor momento.
La versión mostrada por Paula Badosa en este inicio de 2023 no se parece a la que mostró cuando que terminó el curso pasado antes de tiempo, en noviembre, tras un descenso paulatino a los infiernos desde las posiciones más altas de la clasificación. Ha demostrado tener hambre para volver a la cima, pero pese a este cambio de mentalidad, los resultados positivos siguen sin aparecer.
Su arranque en la gira oceánica dejó ver los primeros brotes verdes. Tres victorias consecutivas logró ante Anett Kontaveit, Kaia Kanepi y Beatriz Haddad Maia, una racha que no conseguía desde finales de junio en Wimbledon. Pero su primer revés no tardaría en llegar, pues Badosa no tuvo siquiera opción de saltar a la pista para pelear la semifinal ante Daria Kasatkina, se lo impidió una grave rotura muscular de tres centímetros en el muslo derecho.
La lesión tampoco le permitió tomar partida en el Open de Australia, donde perdió la oportunidad de seguir sumando horas en pista en un momento en el que reconoció estar «con la mentalidad adecuada» para pelear contra las mejores.
Esta determinación se esfumó por completo en su regreso, más tarde de lo previsto por un proceso vírico que la dejó fuera de combate antes de tomar partida en el torneo de Abu Dabi. Otro mazazo consecutivo que volvió a minar las fuerzas de la tenista española nacida en Estados Unidos.
— Paula Badosa (@paulabadosa) January 14, 2023
Su regreso a las pistas, en Doha, lo emborronó Haddad Maia en un partido que la brasileña aprovechó para tomarse la revancha de Adelaida. Luego llegó Dubai, donde cayó a las primeras de cambio ante Liudmila Samsonova, y poco más larga ha sido su aventura en Indian Wells, donde su euforia por la victoria en primera ronda ante Nuria Párrizas fue trucada por la flamante finalista del primer Grand Slam del año, su amiga y compañera de dobles Elena Rybakina (rank. 10).
Badosa dio la cara ante la kazaja, pero no pudo lograr la gesta ante el duro reto que le planteó el caprichoso sorteo de cuadro. Esta temprana derrota en el torneo en el que tocó la gloria en 2021 prolongará su viaje de descenso en la clasificación. El lunes será la vigésima novena del mundo, posición que corre peligro en las siguientes semanas por la cantidad de puntos a defender: 215 en Miami, 100 en Charleston y 185 en Stuggart.
Las próximas citas del calendario serán, además, una verdadera prueba de fuego para su nuevo entrenador –el cuarto desde 2020–, Joel Cannell, sustituto de Jorge García. Desde la llegada del británico a su box, justo después de la gira por las antípodas, Badosa ha sumado tres derrotas en cuatro partidos, cifras poco alentadoras que no apuntan al esperado resurgir.
Sin demasiado margen en un circuito en que cada torneo aprieta más la zona alta, la española seguirá buscando contra viento y marea la fórmula que la llevó a alcanzar la segunda posición mundial –su mejor marca histórica– hace apenas un año, el 25 de abril de 2022. Un tiempo no demasiado lejano en el que el tenis femenino español celebraba a la vez el avance impasible de la dupla formada por Paula Badosa y Garbiñe Muguruza, sumida ahora en su peor momento deportivo.