Una ley francesa le fastidia a Nadal uno de sus rituales en Roland Garros
Rafa Nadal ha dejado claro a lo largo de su exitosa carrera que es un hombre de supersticiones y rituales en sus partidos. El 21 veces campeón de Grand Slam repite con mimo cada paso en los torneos, gestos que ya todo el mundo del tenis conoce. Sin embargo, en Roland Garros ha tenido que modificar uno de ellos.
A sus famosos tics de colocarse el pelo y los calzoncillos antes de que la pelota se ponga en juego siempre le precede el ritual de colocar minuciosamente sus botellas de agua en perfecta formación, pero este año no podrá ser.
Una ley del Gobierno francés prohíbe la distribución de botellas de plástico durante la celebración de eventos deportivos, bajo amenaza de multa, con el objetivo de preservar el medio ambiente, lo que ha obligado a los deportistas a portar otro tipo de recipientes.
Se han distribuido una serie de bidones personalizados y se permite a los tenistas llevar el suyo propio, siempre y cuando no lleve ninguna etiqueta de marca para no interferir así con los patrocinadores de bebidas con los que cuenta el Grand Slam francés.
Un pequeño detalle que no cambia en absoluto el rendimiento del balear sobre la arcilla parisina, donde ya ha disputado dos partidos con dos victorias contundentes en su camino a tratar de conquistar su decimocuarto título en la capital francesa.
Rafa Nadal ha dejado claro a lo largo de su exitosa carrera que es un hombre de supersticiones y rituales en sus partidos. El 21 veces campeón de Grand Slam repite con mimo cada paso en los torneos, gestos que ya todo el mundo del tenis conoce. Sin embargo, en Roland Garros ha tenido que modificar uno de ellos.
A sus famosos tics de colocarse el pelo y los calzoncillos antes de que la pelota se ponga en juego siempre le precede el ritual de colocar minuciosamente sus botellas de agua en perfecta formación, pero este año no podrá ser.
Una ley del Gobierno francés prohíbe la distribución de botellas de plástico durante la celebración de eventos deportivos, bajo amenaza de multa, con el objetivo de preservar el medio ambiente, lo que ha obligado a los deportistas a portar otro tipo de recipientes.
Se han distribuido una serie de bidones personalizados y se permite a los tenistas llevar el suyo propio, siempre y cuando no lleve ninguna etiqueta de marca para no interferir así con los patrocinadores de bebidas con los que cuenta el Grand Slam francés.
Un pequeño detalle que no cambia en absoluto el rendimiento del balear sobre la arcilla parisina, donde ya ha disputado dos partidos con dos victorias contundentes en su camino a tratar de conquistar su decimocuarto título en la capital francesa.